Ponte a prueba! 22/2019 (Solución) Oposiciones de Lengua castellana y literatura

Ponte a prueba! 22/2019 (Solución) Oposiciones de Lengua castellana y literatura

Ponte a prueba. Logo Opolengua

Llega el lunes y ya ha salido la convocatoria de la Comunidad Valenciana que, como sabemos, se adelanta a las demás y plantea oposiciones para este 2019. De ello trataremos el miércoles en nuestra entrada de fondo de cada semana. Pero hoy toca la solución de nuestro acertijo para ayudar a preparar la prueba de comentario de las oposiciones de Lengua castellana y literatura: nuestro “¡Ponte a prueba!”.

Y, a pesar de la dificultad del texto, pues hay miles de microrrelatos en español, ha habido dos acertantes que se han acercado mucho a la solución exacta. Se trata de Fátima Lastra y de Daniel Espejo que citaban a Monterroso como posible autor del texto. Así que hay que darle la enhorabuena a ambos. Daniel Espejo se fundaba en su brevedad y en su elemento humorístico. Y efectivamente, el microrrelato es del guatemalteco Augusto Monterroso (1921-2003) y se titula “La Fe y las montañas”. Tal y como ha señalado Daniel, para fundamentar su juicio, el elemento humorístico y la brevedad son dos características muy marcadas del escritor hispano.

Y nada más por hoy. Recordar tan solo que el viernes volveremos con una nueva entrada de nuestro acertijo que, como siempre, se participará a través de la página de Opolengua en Facebook.

Al principio la Fe movía montañas sólo cuando era absolutamente necesario, con lo que el paisaje permanecía igual a sí mismo durante milenios. Pero cuando la Fe comenzó a propagarse y a la gente le pareció divertida la idea de mover montañas, éstas no hacían sino cambiar de sitio, y cada vez era más difícil encontrarlas en el lugar en que uno las había dejado la noche anterior; cosa que por supuesto creaba más dificultades que las que resolvía.

La buena gente prefirió entonces abandonar la Fe y ahora las montañas permanecen por lo general en su sitio. Cuando en la carretera se produce un derrumbe bajo el cual mueren varios viajeros, es que alguien, muy lejano o inmediato, tuvo un ligerísimo atisbo de fe.

FIN