La única forma de saberse bien el temario es tener un buen sistema de repasos (y 2)

La única forma de saberse bien el temario es tener un buen sistema de repasos (y 2)

La semana pasada tratábamos de un tema crucial: los repasos. Hoy abundamos en él.

El repaso es el aspecto más importante de una oposición

La primera idea que hay que transmitir es que el repaso es el elemento más importante de una oposición. ¿Por qué? Pues porque una oposición es básicamente, el dominio de un temario. Después vendrán unos ejercicios prácticos en los que hemos de aplicar de forma concreta lo contenido en ese temario, es verdad. Y muchas veces, esos ejercicios prácticos son la verdadera criba de la oposición. Pero eso no nos debe ocultar que, sin saberse el temario, no se pueden realizar esos ejercicios. Y no hay manera de aprenderse un temario largo sin tener un buen sistema de repasos por las razones que explicábamos el otro día. Esto es aplicable a las oposiciones de secundaria, pero también a las que tienen que ver con la judicatura o la administración del Estado. O se tiene un buen sistema de repasos o aprenderse el temario íntegro es imposible. Así pues, más importante que tener un buen temario es tener un buen sistema de repasos.

El objetivo ha de ser dominar el temario completamente

Una cuestión también importante es cómo saberse los temas y cómo saberse el temario completo. Y en este sentido, hay muchas maneras de abordar la cuestión y muchas maneras de saberse un tema. Siendo opositor conocí a muchos amigos que decían llevar cincuenta o sesenta temas, pero a la hora de la verdad, les caían algunos de esos temas y no acababan de desarrollarlos y suspendía. También recuerdo, en mis propias oposiciones, levantar la cabeza un instante y ver a muchas personas sin escribir, como esperando a que la inspiración divina les soplase algunas palabras al oído. Nosotros solo aceptamos una forma de saberse un tema y de saberse el temario: sabérselo perfectamente. Ser como caballos de carreras deseando que se abra el portón de las bolas para salir a desarrollar nuestro tema al galope y llegar a escribir más de tres mil palabras en una hora. ¿Y cómo conseguir esto?

El repaso debe ser rápido

Hay que conseguir repasar rápidamente. Ser capaz de vislumbrar las ideas que incluye un tema como si fuera el agua que cae por una catarata, como una sucesión de fichas del dominó que se van empujando unas a otras. Ese es el objetivo. Si no es rápido, no es un buen sistema de repasos porque no nos permite llevar muchos temas y, lo que es peor, nos machaca psicológicamente porque se pasa fatal tardando mucho en repasar algo que ya nos sabíamos.

Repasar imitando las condiciones que tendremos el día D
A menudo nos hemos encontrado opositores que temen quedarse en blanco el día definitivo. Eso debe ser evitado a toda costa. ¿Cómo? Situándonos cada semana, cada día de repaso, como si fuera el día D. Si eso lo hacemos todas las semanas y hasta con docenas de temas, el día D ya estaremos más que acostumbrados al folio en blanco, por lo que las posibilidades de que eso ocurra serán mínimas. Habremos sufrido esa angustia centenares de veces.

El repaso debe ser feliz

Y finalmente, el día de repaso debe ser un día feliz. Esto es fundamental. Porque es el día en que nos demostramos a nosotros mismos lo mucho que hemos avanzado. En este sentido es importante que no fijemos nuestra atención en lo que no hemos sido capaces de rememorar al instante, sino, muy al contrario, en todo lo que hemos mejorado desde que empezamos a estudiar. Por eso es importante dejar constancia en algún sitio, en nuestro caso en Opohispania en nuestra HC, de nuestros avances.
Para ser un repaso feliz, debemos plantearnos el reto de forma deportiva y lúdica. El objetivo de cada semana ha de ser mejorar el registro de la semana anterior. Y claro que saldrán problemas, pero al tener constancia en nuestra HC de los resultados de los repasos de fechas anteriores, podremos establecer estrategias de resolución de los mismos. Y si esa evolución es positiva, que lo será, el repaso debe ser concebido como una fiesta que nos dé confianza en lo bien que lo haremos el día D y en lo mucho que hemos trabajado subiendo esa montaña impresionante, que es la del saber.

El repaso nos hará mejores personas

El estudio de la oposición nos hace mejores personas. Y todo lo sabemos. Constancia, esfuerzo, renuncia, sacrificio… Son valores sin lo que una persona no puede ganar una oposición seria. Y hay uno de ellos que es propio del repaso también: la templanza. Ganar serenidad cada día cuando las cosas se ponen complicadas y hay ideas y temas que se nos resisten. Hay que aprender a asumir que todo no será perfecto siempre, pero que nosotros estaremos siempre ahí para mejorarlo día a día, semana a semana. Y como lo vamos a conseguir, esa lección de vida, que nos permite el repaso, nos acompañará toda la vida.