Comienza hoy el fin de semana y nosotros nos sumamos a él con nuestra propuesta habitual: el “¡Ponte a prueba!”, nuestro acertijo que busca entretener y a la vez ayudar a los opositores a comprobar su competencia literaria con una prueba parecida a la que se tendrán que enfrentar en el ejercicio de comentario de las oposiciones de Lengua castellana y literatura.
Hoy traemos un texto que nos ha parecido muy interesante porque el poeta parece quejarse alegóricamente de sus compañeros de gremio. De hecho, esta es quizá la pista más segura que nos puede conducir a su autoría, cuya identificación puede ser verdaderamente difícil. Pero planteamos este poema igualmente porque creemos que es importante prepararse ante textos así, ya que se han dado en las oposiciones en algunas comunidades. Si lo hemos reconocido, ¡fantástico! ¿Pero qué hacer cuando no reconocemos el texto? En el examen, cautela; pero aquí nos podemos lanzar a la piscina… Y si no nos atrevemos con el autor, al menos debemos situarlo en un género y una época y si es posible, en un movimiento literario. Así que os animamos a participar no acertando, sino procurando no fallar, excluyendo los periodos a los que no podríamos adscribir el texto, ya que pensamos que el hecho de acertar el siglo ya es más que suficiente.
Como siempre, las soluciones se pueden aportar en la página de Facebook de opolengua.com. y la solución la daremos el lunes por la tarde.
Y nada más por hoy. Saludos y ánimo.
Pájaros hay que el pío por el pio
dan, en el más recóndito verdor
de la rama: la merla, el ruy-señor
y la zumaya: enamorado trío.
¡Píos en soledad!… Bajo lo umbrío
reluce más, anónimo, el tenor,
que, si ve que le miran, el amor
de aquella devoción torna en desvío.
¡Qué primor!: ¡Qué pudor y qué exquisito,
el del pájaro simple y soberano
que ni pide ni sufre espectadores!
¡Ay, que del extremo del vuestro mi prurito,
desvelándose siempre por el vano
eco, merlas, zumayas, ruy-señores!