Como cada lunes, volvemos con la solución de nuestro acertijo “¡Ponte a prueba!”, con el que pretendemos ayudar a quienes preparan la oposición de Lengua Castellana y Literatura en su siempre difícil prueba del comentario de texto.
En esta ocasión, traíamos un texto complicado, que ha vuelto a poner a prueba la competencia literaria de nuestros seguidores. Y hay que decir que, como siempre, hemos salido muy satisfechos del resultado, pues era un soneto difícil y hasta cierto punto enigmático, tanto en su contenido como en su forma. Tanto Anabel Sánchez Mallorquín, como Josega Real o Mercedes Mateos se acercan muchísimo a la solución, aunque sea quizá Ángela EM quien se acerque más a la solución correcta. ¡Enhorabuena a todos ellos y ojalá que el Día D tengan la misma fortuna!
Y es que se trataba del soneto XXXII del clérigo Francisco de Medrano (1570-1607), un poeta de origen sevillano, pero que podríamos encuadrar dentro del Segundo Renacimiento y más concretamente en la Escuela de Salamanca, por su influencia horaciana y por el clasicismo contenido de sus versos, alejados como hemos podido ver de los excesos del Barroco, pero a la vez claramente evolucionados del italianismo inicial.
Y nada más por hoy. El miércoles volveremos con nuestra entrada de fondo. Nuestro recuerdo desde aquí para las víctimas y sus allegados. Fructífera semana de estudio. Saludos y ánimo.
Las almas son eternas, son iguales,
son libres, son espíritus, María;
si en ellos hay amor, con la porfía
de los estorbos crece y de los males.
Nacimos en fortuna desiguales,
no en gustos; la violencia nos desvía;
el tiempo corre lento y deja el día
de sí hasta en los mármoles señales.
Mas tú ni a tiempo ni a violencia,
ni a aquello desigual de la fortuna,
ni temas a la más prolija ausencia;
que si nuestras dos almas son a una,
¿en quién, si no ya en Dios, habrá potencia
que los gaste o los fuerce o los desuna?