Comienza un nuevo año de oposiciones. Como ya indicábamos en nuestra entrada del miércoles, se trata de un año extraordinario que nos conducirá, aun siendo año impar, a un nuevo Día D en junio de 2021. Y para preparar ese día, nosotros volvemos por quinto curso consecutivo con nuestro ¡Ponte a prueba!, el reto con el que acompañamos a los opositores en su preparación de la prueba de comentario de las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura.
Hoy volvemos a la carga con un texto que creemos que podría caer en las próximas oposiciones. Se trata de una obra conocida y es fácil que muchas personas la reconozcan. Ya sabéis que se trata de indicar la época, el género y el movimiento literario e incluso (si la reconocemos) la obra y autor. Cuando se trata de un fragmento, como es el caso, es óptimo indicar también cual es su situación dentro de la obra.
Para participar, ya sabéis que se puede hacer introduciendo un comentario en la página de Facebook de www.opolengua.com hasta la noche del domingo y que la solución del reto junto con los acertantes se da siempre el lunes.
Y nada más por hoy. ¡Bienvenidos a una nueva edición de Ponte a prueba! Como siempre, mientras dure esta maldita pandemia, no queremos olvidar a las víctimas ni a sus familiares. Saludos y ánimo.
El segundo episodio que le haría restregarse los ojos, tuvo lugar horas después en la trapería de Java. Sentados en la acera ya le esperaban Luis y Martín, los demás fueron llegando después. Al entrar en la trapería se dió de morros con una montaña de pajaritas de papel que llegaban hasta el techo, y lanzó un silbido de admiración. Luego se tiró en plancha y se sumergió en la montaña.
Jamás había visto tantas pajaritas juntas y de tan diversos tamaños. Observo que la mayoría estaban hechas con páginas arrancadas de viejas revistas republicanas que la abuela de Java no se atrevía a vender, y que guardaba apiladas al fondo de la trapería. El invierno pasado, en días lluviosos y muermos como éste, el Tetas y Amén se la meneaban ojeando la revista Crónica, que venía llena de vicetiples desnudas y bañistas en maillot, anuncios de senos puntiagudos y duros y viciosas cabaretera morfinómanas clavándose la jeringuilla en el muslo por debajo de la mesa. Qué lástima, comentó Sarnita, pero qué gran idea para venderlas, chaval: así nadie verá que son revistas prohibidas y venéreas, ¡a que sí! Tu abuela se las sabe todas, Java, vaya paciencia fabricando pajaritas.
Pero Java dijo que no, repentinamente irritado y sin dignarse mirarle, no me vengas con historias tan de mañana, las pajaritas se las he comprado a un paralítico en un piso del Ensanche, y añadió:
-Tú siempre rumiando aventis, Sarnita. Acabarás majara.