¡Ponte a prueba! 4/2021(Solución)

¡Ponte a prueba! 4/2021(Solución)

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Hoy es lunes 28 de septiembre y empezamos una nueva semana de estudio, que deseamos muy fructífera, con la publicación del “¡Ponte a prueba!”, el reto que planteamos cada viernes en nuestra página para servir de apoyo y pasatiempo a todas las personas que preparan la prueba de comentario de las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura.

Y ya decíamos el viernes que habíamos tomado un texto y lo habíamos modificado. Creíamos que eso supondría una gran dificultad, pero nuevamente nos hemos equivocado porque han sido varias las personas que han dado con la clave del texto planteado. Y así, Mercedes Mateos y Esperancita MP señalan razonada y acertadamente su adscripción al género dramático y al Romanticismo. David González Garrido y Laura Cancio Menéndez hacen pleno pues aciertan el autor y la obra. Y Mery San, incluso acierta al señalar la situación exacta del fragmento dentro de la obra, lo que demuestra su dominio de la misma. ¡Enhorabuena a todos y ojalá que el día D tengan la misma fortuna!

Y es que, efectivamente, se trataba de la escena de la Jornada II de Don Álvaro o la fuerza del sino (estrenada en 1835) de Ángel Saavedra, duque de Rivas (1791-1865) en que doña Leonor le pide asilo al Padre guardián en la cueva cercana al convento para purgar allí sus penas y pecados.

Y nada más por hoy. Recordamos, como haremos siempre mientras dure esta pandemia, a las víctimas y sus familiares. Volveremos el miércoles con nuestra entrada de análisis, dedicada en esta ocasión a gestionar las oposiciones con el trabajo del instituto, sobre todo ahora, cuando tantas personas se están incorporando de nuevas al sistema educativo.

PADRE GUARDIÁN
¿Y qué? ¿Más seguro asilo
no fuera, y más conveniente, 700
con las esposas de Cristo,
en un convento?…

DOÑA LEONOR
No, padre;
son tantos los requisitos
que para entrar en el claustro
se exigen… y…, ¡oh no, Dios mío!, 705
aunque me encuentro inocente,
no puedo, tiemblo al decirlo,
vivir sino donde nadie
viva y converse conmigo.
Mi desgracia en toda España 710
suena de modo distinto,
y una alusión, una seña,
una mirada, suplicios
pudieran ser que me hundieran
del despecho en el abismo. 715
No, ¡jamás!… Aquí, aquí sólo;
si no me acogéis benigno,
piedad pediré a las fieras
que habitan en estos riscos,
alimento a estas montañas, 720
vivienda a estos precipicios.
No salgo de este desierto;
una voz hiere mi oído,
voz del cielo, que me dice:
«Aquí, aquí», y aquí respiro. 725
(Se abraza con la cruz.)
No, no habrá fuerzas humanas
que me arranquen de este sitio.