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La importancia de escribir bien en las oposiciones

La semana anterior decíamos una gran verdad y es que estas oposiciones las aprueba todo el mundo… que persiste. Es esta una idea básica que no debe olvidar ningún opositor. Hoy abundamos en esta idea, pero enfocándola desde otro punto de vista: la redacción. La mejor manera de acercarse a la plaza es escribir bien, en un español estándar, desarrollando las ideas de forma armónica y eficaz.

Hoy escribir bien es clave en las oposiciones

En los últimos tiempos las tasas de suspensos en las oposiciones han estado en torno al 85% en la parte A de la prueba; es decir, en el ejercicio escrito. Nosotros hablamos en 2018 con muchísimos miembros de tribunal. Yo mismo me pasé el día que publicaban las notas por todos los tribunales de Madrid y charlé con miembros de tribunales en Aragón y Andalucía. En todos los casos me referían el bajo nivel general de expresión y ortografía que habían observado en los ejercicios. En mi opinión, las causas se encuentran en los bajos niveles de exigencia que hoy se dan en la enseñanza secundaria y en la universidad. Es difícil ser profesor (y más de Lengua) si no se es capaz de demostrar una gramática y una ortografía intachable. De hecho, una gran parte de nuestra tarea docente consiste en corregir los errores de este tipo de los alumnos, por lo que el profesor que va a los tribunales tiene una deformación profesional: mira la expresión de los exámenes con lupa, porque es lo que está más acostumbrado a corregir en su día a día. Y encontrarse errores del mismo tipo en ejercicios de candidatos a docentes, lógicamente, le deprime o le indigna. Así pues, hay que tener una idea muy clara: escribir bien es básico hoy en las oposiciones. Y muchas personas no pasan el corte, porque no escriben bien.

¿Tener un buen un tema supone redactarlo bien?

La respuesta a esta importante pregunta es no. Y esto es también importante. La memoria y la redacción tienen gran relación. La idea de que la memoria es una virtud menor, deslizada desde hace décadas por los pedagogos, es un error y muy grave. En mi experiencia de treinta años puedo afirmar que las personas que memorizan bien son personas que redactan bien. No he conocido a nadie que memorizara bien que fuera una persona sin una buena capacidad de comprensión lectora. Luego la redacción adecuada de un tema supone, de hecho, la demostración de nuestra propia claridad de ideas, porque memorizar cien ideas complejas que puede haber en un tema solo puede hacerse si se es capaz de comprenderlas. Esto quiere decir que tener un buen tema no supone redactarlo bien. Y supone una cosa aún más importante: del mismo “tema base” saldrán tantos temas como opositores haya, pues cuanto más le cueste al opositor memorizar las ideas del tema, más se alejará de la expresión original. Esto quiere decir que la exclusividad del tema tiene menos importancia que la calidad de la redacción.

¿Qué es escribir bien un tema de oposiciones?

Escribir un buen tema de oposiciones supone diferentes elementos. Vamos a esquematizar algunos de ellos.

-Utilizar el español estándar.

Es decir, usar la variedad de la lengua culta y formal. Debemos demostrar un nivel lingüístico propio de un profesor, por lo que las expresiones coloquiales, los clichés periodísticos (“poner en valor”) y las impropiedades léxicas deben ser evitados. Tampoco son aceptables las abreviaturas, pues dan sensación de expresión descuidada e infantil. Y hay que huir de los errores en tildes o grafías (que nos sitúan al nivel del alumno de ESO). Por el contrario, si mostramos acierto en el uso de las mayúsculas y de los signos de puntuación elevaremos nuestra estimación ante el tribunal (si son capaces de captarlo, que esa es otra cosa), pues son los rasgos que indican verdaderamente una ortografía de calidad, por encima de la media.


-Redactar de forma clara, precisa y amena.

Es preciso que nuestro tema se «beba», de forma que el tribunal no se pierda mientras lo está leyendo o escuchando. Ha de ser como un hilo de Ariadna, que guíe al tribunal con seguridad desde el inicio hasta el final. Hay que tener en cuenta, y esto es muy importante, que cuando una persona se ha perdido en la lectura o audición del tema (y esto puede ser por una idea mal explicada, por hacer una oración muy larga o por lo farragoso del contenido) sabemos que se ha ido, pero no cuándo se incorpora de nuevo. Pensemos en cuando leemos una novela ¿acaso no nos perdemos a veces porque nos distraemos? Nosotros volvemos al párrafo que recordamos bien y a veces hay dos y hasta tres párrafos leídos que no han dejado eco en la memoria. Pero el tribunal no va a hacer eso. Sigue adelante… y esos párrafos no solo no cuentan, sino que predisponen al tribunal a poner una nota baja, pues hemos dado sensación de que nuestro tema es aburrido e insustancial.

-Organizar bien la información.

Esto es también, obviamente, clave y en este sentido es fundamental que desarrollemos el tema completamente y no que lo dejemos a la mitad o quede desequilibrado, con una parte muy desarrollada y otra escrita a vuela pluma.

-Mostrar una buena presentación.

La limpieza, los márgenes, la letra, las líneas rectas o el aire (el espacio en blanco entre letras) dentro de la hoja condicionan también la nota. No los olvidemos por favor.

Y nada más por hoy. La semana volveremos explicando cómo se puede mejorar en la redacción. Persistiendo, todos lo podemos hacer. Así que, ¿por qué no hacerlo?
Como siempre, nuestro recuerdo a las víctimas de la pandemia y a sus familiares.
Saludos y ánimo.