¡Ponte a prueba! 9/2021 (Solución)

¡Ponte a prueba! 9/2021 (Solución)

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Hoy es fiesta en gran parte de nuestro país, pero en otras comunidades es día laborable. Nosotros, como siempre, llueve o truene iniciamos la semana de estudio con la solución de nuestro “¡Ponte a prueba!”, el acertijo con el que retamos a las personas que preparan la prueba de comentario de las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura a comprobar su competencia literaria.

En esta ocasión, se trataba de un texto bastante difícil y ello ha supuesto quizá el reto más difícil en los cinco cursos que llevamos con el acertijo. Ello ha sido, quizás, lo que ha motivado una gran participación. Y así, acertaba Carmen Béjar al señalar algunos rasgos filológicos e indicar que era un texto adaptado, pues en la versión que hemos manejado del mismo se había modernizado su ortografía adaptándola a la actual. Sara Piélagos Martín y Mamen Moreno daban datos que indicaban acertadamente que se trataba de un texto del Siglo de Oro con rasgos que nos podían conducir al siglo XVII. Desde el punto de vista genérico, acertaban Marta Rojas, José Manuel Serrano Valero y Henar PC al señalar que era un texto burlesco. Y daban en el clavo, cada uno con sus matices, tanto Adrián Gómez Acosta como Mercedes Mateos, pues apuntaban a la autoría de Quevedo y al género ensayístico y burlesco. Finalmente, Rafael Robledo Simón lo incluía acertadamente entre las obras festivas del autor madrileño imitando el lenguaje burocrático de las premáticas.

Y es que, efectivamente, se trataba de las páginas iniciales de la Origen y definición de la necedad y prématicas y aranceles generales de don Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645), de datación insegura (aunque sus primeros artículos ya se publicaron dentro de la edición del Guzmán de 1604 y luego ya en obras atribuidas al propio Quevedo. Se trata de una obra burlesca y muy divertida donde expone las manías y las formas en que la estupidez humana suele manifestarse. Esta obra suele clasificarse dentro de su obra festiva y hay una edición muy interesante en Cátedra donde podemos leer todas estas obras y que es, en mi opinión, muy interesante y divertida.

Y nada más por hoy. Volveremos el miércoles con nuestra entrada de fondo. Como siempre, nuestro recuerdo para las víctimas de la pandemia y sus familiares. Saludos y ánimo.

Primeramente, a los que fueren por la calle andando y hablando consigo mismos, y a solas en su casa lo hicieren, los condenamos a tres meses de necios, dentro de los cuales mandamos que se abstengan y reformen; y no lo haciendo, les volveremos a dar cumplimiento a tres términos perentorios, dentro de los cuales traigan certificación de su enmienda, pena de ser tenidos por precitos. Y mandamos a los hermanos mayores los tengan por encomendados.
Los que paseándose por alguna pieza ladrillada o losas de la calle, fueren asentando los pies por las hiladas y ladrillos y por el orden dellos si con cuidado lo hicieren, les condenamos en la misma pena.
Los que yendo por la calle, por debajo de la capa sacaren la mano y fueren tocando con ella por las paredes, admítense por hermanos y se les concede seis meses de aprobación, en que se les manda se reformen; y si lo hicieren costumbre, luego el hermano mayor les dé su túnica y las demás insignias, y sean tenidos por profesos.
Los que, jugando a los bolos, si acaso se les tuerce la bola tuercen el cuerpo juntamente, pareciéndoles que así como ellos lo hacen lo hará ella, declarámosles por hermanos ya profesos. Y lo mismo mandamos entender con los que semejantes visajes hacen, derribándose alguna cosa, y con los que, llevando máscaras de matachines o semejantes figuras, van por de dentro dellas haciendo gestos, como si real y verdaderamente les pareciese que son vistos hacerlos por de fuera, no lo siendo; y con los que los contrahacen sin sentir lo que hacen o cortando con algunas malas tijeras o trabajando con otro algún instrumento tuercen la boca, sacan la lengua y hacen visajes tales.
Los que, cuando esperan al criado, habiéndolo enviado fuera, si acaso se tarda se ponen a las puertas y ventanas, pareciéndoles que con aquello se darán más prisa y llegarán más presto, los condenamos a que se retraten y reconozcan su culpa, so pena que, no lo haciendo se procederá contra ellos como se hallare por derecho.