¡Ponte a prueba! 20/2021 (Solución)

¡Ponte a prueba! 20/2021 (Solución)

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Comienza un nuevo mes y una nueva semana de estudio que encaramos con ilusión. Y nosotros volvemos con la solución de nuestro ¡Ponte a prueba! el reto con el que pretendemos amenizar el fin de semana de quienes preparan la prueba de comentario de las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura.

Decíamos que el texto elegido esta semana era impactante y así se ha demostrado, pues han sido muchas las personas que lo han reconocido. Efectivamente, quien lee esta magnífica obra, no la olvida. Y así David González Garrido, Marian Cruz Solana, Mamen Moreno, Laura Fernández y Rafael Robledo Simón han acertado obra y autor con absoluta seguridad. ¡Enhorabuena y ojalá que el día D tengan la misma fortuna!

Y es que el fragmento se correspondía con el final de la «Primera noche» de las tres que componen las Noches lúgubres (1789), obra póstuma del gaditano José Cadalso (1741-1782), obra que efectivamente preludia de manera clara el Romanticismo.

Y nada más por hoy. Como siempre, nuestro recuerdo a las víctimas de la pandemia y a sus familiares. Saludos y ánimo.

LORENZO.- ¡Qué olor! ¡Qué peste sale de la tumba! No puedo más.
TEDIATO.- No me dejes; no me dejes, amigo. Yo solo no soy capaz de mantener esta piedra.
LORENZO.- La abertura que forma ya da lugar para que salgan esos gusanos que se ven con la luz de mi farol.
TEDIATO.- ¡Ay, qué veo! Todo mi pie derecho está cubierto de ellos. ¡Cuánta miseria me anuncian! En éstos, ¡ay!, ¡en éstos se ha convertido tu carne! ¡De tus hermosos ojos se han engendrado estos vivientes asquerosos! ¡Tu pelo, que en lo fuerte de mi pasión llamé mil veces no sólo más rubio, sino más precioso que el oro, ha producido esta podre! ¡Tus blancas manos, tus labios amorosos se han vuelto materia y corrupción! ¡En qué estado estarán las tristes reliquias de tu cadáver! ¡A qué sentido no ofenderá la misma que fue el hechizo de todos ellos!
LORENZO.- Vuelvo a ayudarte, pero me vuelca ese vapor… Ahora empieza. Más, más, más; ¿qué lloras? No pueden ser sino lágrimas tuyas las gotas que me caen en las manos… ¡Sollozas! ¡No hablas! Respóndeme.
TEDIATO.- ¡Ay! ¡Ay!
LORENZO.- ¿Qué tienes? ¿Te desmayas?
TEDIATO.- No, Lorenzo.
LORENZO.- Pues habla. Ahora caigo en quién es la persona que se enterró aquí… ¿Eras pariente suyo? No dejes de trabajar por eso. La losa está casi vencida, y por poco que ayudes, la volcaremos, según vemos. Ahora, ahora, ¡ay!
TEDIATO.- Las fuerzas me faltan.
LORENZO.- Perdimos lo adelantado.
TEDIATO.- Ha vuelto a caer.
LORENZO.- Y el sol va saliendo, de modo que estamos en peligro de que vayan viniendo las gentes y nos vean.