Por fin ya es viernes y, como siempre, traemos nuestro acertijo de fin de semana, el texto que ofrecemos como piedra de toque para que las personas que preparan la prueba de comentario de la oposición de Lengua Castellana y Literatura puedan comprobar su competencia literaria.
Siempre hemos reconocer obra y autoría si ello es posible; pero bastará señalar la epoca, el género o el movimiento artístico al que adscribiríamos el texto, situándola razonadamente en la historia de la literatura española.
Como siempre, se puede participar en el reto escribiendo la solución en nuestra página de Facebook hasta el domingo por la noche y publicaremos la solución el lunes por la tarde.
Y nada más por hoy. Como siempre, nuestro recuerdo a las víctimas de la pandemia y a sus familiares. Saludos y ánimo.
-Nací en la casa de mis padres sola, para que fuese sola la perdición de ella: hermosa, ya lo veis; noble, ya lo he dicho; rica, lo que bastara, a ser yo cuerda, o a no ser desgraciada, a darme un noble marido. Criéme hasta llegar a los doce años entre las caricias y regalos de mis padres; que, claro es que no habiendo tenido otro de su matrimonio, serían muchos, enseñándome entre ellos las cosas más importantes a mi calidad. Ya se entenderá, tras las virtudes que forman una persona virtuosamente cristiana, los ejercicios honestos de leer, escribir, tañer y danzar, con todo lo demás competentes a una persona de mis prendas, y de todas aquellas que los padres desean ver enriquecidas a sus hijas; y más los míos, que, como no tenían otra, se afinaban en estos extremos; salí única en todo, y perdonadme que me alabe, que, como no tengo otro testigo, en tal ocasión no es justo pasen por desvanecimiento mis alabanzas; bien se lo pagué, pero más bien lo he pagado. Yo fui en todo extremada, y más en hacer versos, que era el espanto de aquel reino, y la envidia de muchos no tan peritos en esta facultad; que hay algunos ignorantes que, como si las mujeres les quitaran el entendimiento por tenerle, se consumen de los aciertos ajenos. ¡Bárbaro, ignorante! si lo sabes hacer, hazlos, que no te roba nadie tu caudal; si son buenos los que no son tuyos, y más si son de dama, adóralos y alábalos; y si malos, discúlpala, considerando que no tiene más caudal, y que es digna de más aplauso en una mujer que en un hombre, por adornarlos con menos arte.