La Semana Santa es el Rubicón, la barrera que nos separa del último tramo de preparación. ¡Tierra a la vista! Decimos al avistar a lo lejos el día D a escasas semanas del mismo. Es tiempo para organizar nuestro plan de desembarco, nuestra arribada a las playas donde ejercitaremos lo aprendido y trabajado durante este tiempo. Y nosotros, siendo Viernes de Dolores, traemos una nueva entrega de nuestro ¡Ponte a prueba!, el acertijo con el que queremos ayudar a quienes preparan las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura en su siempre temida prueba de comentario.
En esta ocasión traemos un texto que puede resultar difícil de reconocer, pues no se trata de un famoso poema. Como siempre decimos, bastará con señalar la época, el movimiento y el género literario (siempre tan importante como depositario de la tradición cultural, que diría Bajtín) de la obra.
Como siempre, se puede participar añadiendo comentarios en nuestra página de Facebook. En esta ocasión, publicaremos las soluciones el lunes día 5 de abril, pasada la Semana Santa.
Nuestro recuerdo a las víctimas de la pandemia y a sus familiares.
Saludos y ánimo.
Si al pie de vuestra cruz y a vos en ella,
antes que se os arranque el alma santa,
os presento, Señor, la canción mía,
es porque tal morir parece estrella
que por curso divino se adelanta
por mensajera de la luz del día,
y es tanta su alegría
que rompe los ñublados más oscuros
cuanto la compasión a los más duros
pedernales deshace.
¡Tanto enternece y tanto satisface!
Y sí, estando muriendo, mis canciones
sin tiempo os parecieren y pesadas
y libre proceder, por nuevo modo
no dejéis de escucharme mis razones:
hacer cuenta, Señor, que son lanzadas,
qué día es este de sufrillo todo;
haced cuenta que el lodo
os arrojo a la cara y estad quedo,
que cuando yo lo doy, doy lo que puedo;
vos habéis de esperale,
pues manos no tenéis para quitalle.
No me os podéis huir porque esos clavos
que os cosen a ese palo me aseguran
que me habéis de esperar, aunque me tarde;
bien sabéis vos, Señor, que los esclavos
en el servicio y el trabajo duran
sin saber que es mañana ni que es tarde;
y pues que tanto arde
la llama poderosa en ese pecho
y en vos por mi defensa tanto ha hecho,
no acabará tan presto,
y ella os hará esperar en ese puesto.
Si estáis desconsolado y afligido,
afligido estó yo y desconsolado
(y no por comparar males con males),
pero poned los vuestros en olvido,
y más os duele a mi menor cuidado
que los mayores vuestros y mortales;
y pues sentir los tales
no tuvo otro principio sino este,
aunque la vida mi remedio os cueste,
pues vos os ofrecistes,
veréis y veré yo lo que quesistes.