Ya se acerca la hora en que deberemos demostrar nuestra competencia realizando la prueba práctica de las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura. Y precisamente por esto, resulta interesante asomarse a un sencillo reto que nos permita reconocer para ganar confianza o situar en nuestro radar algunas obras que quizá desconociéramos hasta este momento. Ese es el objetivo con el que planteamos nuestro reto semanal: ayudar a las personas que preparan nuestras oposiciones.
Hay que dar siempre un mensaje positivo. La mayor parte de las personas que se presentan a las oposiciones no se preparan y no es que no se asomen a este reto (sería una petulancia presumir de que esta humilde aportación es nuestra preparación), sino que no estudian ni hacen comentarios, por lo que están eliminados antes de comenzar la prueba. Para quienes sí lo hacen hay que lanzar un mensaje de tranquilidad. No es imprescindible reconocer la obra; podemos armar nuestro comentario razonando la adscripción del texto a un género, una época, un movimiento o un autor.
Y hoy traemos un texto que quizá sea difícil de reconocer, pero que resulta una lectura amena y ágil. El fin de semana nos hará ver el grado de dificultar que encierra nuestro reto. Pasamos como siempre a plantear el texto. Como sabemos, se puede participar poniendo comentarios en la página de Facebook de opolengua.com hasta el domingo por la noche y el lunes daremos la solución.
Como siempre, nuestro recuerdo a las víctimas de la pandemia y a sus familiares. Saludos y ánimo.
<<… Tres veces fui vendida por virgen. La primera á un eclesiástico rico. La segunda á un señor de título. La tercera á un ginovés, que pagó mejor y comió peor. Este fue el galán más asistente que tuve: porque mi madre envió un día, valiéndose de sus buenas artes, en un regalo que le presentó, bastante pimienta, para que se picase de mi amor toda su vida; andaba el hombre loco, y tanto, que habiendo destruido con nosotras toda su hacienda, murió en una cárcel habrá pocos días, preso por deudas. Temióse mi madre de la Justicia y quiso mudar de frontera: partimos á Sevilla y en el camino por roballa, unos ladrones la mataron; y acompañárala yo en esta desdicha si no me hubiera quedado, en razón de venir con poca salud, más atrás dos leguas. Supe las triste nueva de mi madre luego y, sin pasar más adelante, me volví a Madrid, donde te encontré en casa de aquella amiga y me aficione de tus buenas partes, siendo el primer hombre que ha merecido mi voluntad y con quien hago lo que los caudalosos ríos con el mar -que todas las aguas que han recogido, así de otros ríos menores como de varios arroyos y fuentes, se las ofrecen juntas- dándote lo que a tantos he quitado. De allí, como tú sabes, pasamos a esta ciudad de Toledo, de donde volvemos tan acrecentados que, si tú no tuvieras más angosto el ánimo de lo que yo pensé, trujeras mejores alientos. Y porque parece que la conversación ha sido salsa que te ha hecho apetecer el sueño, sosegando algún tanto la inquietud de tu espíritu, reclínate un poco y reposa, considerando que todo lo que el miedo es bueno antes de cometer un delito porque suspende la ejecución dél, es malo después, porque turba el culpado tanto que suele, en vez de huir de quien con diligencia le busca, ponerse él mismo en sus propias manos.>>