¡Ponte a prueba! 35/2021 (Solución)

¡Ponte a prueba! 35/2021 (Solución)

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El pasado sábado se desarrolló la primera prueba de las oposiciones en la Comunidad Valenciana: el tema. Y este sábado que viene será la prueba de comentario. Es, por tanto, una semana crucial para muchas personas que debe ser aprovechada con fuerza e ilusión. Aprovechamos este escrito para desearles la mayor de las suertes. Nosotros la comenzamos como siempre, con nuestro ¡Ponte a prueba!, el acertijo con el que retamos a las personas que preparan las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura.

Decíamos el viernes pasado que el género elegido había salido menos en nuestro reto, pero que estábamos seguros de que la competencia literaria de nuestros seguidores se revelaría, una vez más, en sus respuestas. Y así ha sido: Anabel Eseéme, Mari Pick, Josega Real, Marta Rojas y Rafael Robledo Simón aciertan tanto en el género como en la época. Y Patricia Bejarano hace el pleno de la jornada (aunque Josega Real también señala la autoría como posibilidad) al precisar obra y autora. ¡Enhorabuena a todos ellos y ojalá que el día D tengan la misma fortuna!

Y es que, efectivamente, se trataba del capítulo 2: “En busca de cobijo” de la obra de Carmen Martín Gaite (1925-2000) Usos amorosos de la postguerra española (1987), obra muy interesante en la que desgrana recuerdos de su juventud y de la década de los cuarenta (recordemos que ella vivió ese periodo entre los quince y los veinticinco años) referidos al amor y a la situación de la mujer.

Y nada más por hoy. Como siempre, nuestro recuerdo a las víctimas de la pandemia. Feliz fin de semana. Saludos y ánimo.

En mi juventud oí contar, dándolo por cierto, el caso de una señorita -no sé si de Palencia de Valladolid-, que le había aguantado al novio tal cantidad de desaires y de humillaciones que nadie se explicaba como no lo mandaba a paseo. Impertérrita ante las críticas de los familiares y los consejos de las amigas, apuró sin embargo hasta las heces el cáliz de aquel noviazgo y logró finalmente, a base de pertinacia y disimulo acerca de sus verdaderos planes, vestirse de tules blancos y recorrer solemnemente el camino hasta el altar a los sones de la marcha nupcial de Mendelssohn. Una vez concluida la ceremonia y conseguido ante testigos el <> que pronunciaron los labios de su prometido, cuando le tocó a ella el turno de contestar si lo quería por esposo, se hizo un silencio expectante. <<¡No señor!>>, se la oyó pronunciar al fin con voz segura y bien timbrada, dirigiéndose al cura y, volviéndose acto seguido a todos los circunstancias que llenaban la iglesia, añadió con énfasis, haciendo un gesto teatral que los abarcaba con la mano: <<¡Y si he llegado hasta aquí, es para que sepan todos ustedes que si me quedo soltera es porque me da la gana!>> Dicho lo cual se agarró la cola del vestido de novia con la mano derecha y de esa anduvo con taconeo resuelto el camino que la había llevado hasta el tribunal de Dios para dirimir su juicio ante los hombres.

Si aquella anécdota fue cierta, cosa que nunca pude acreditar, no comprendo como esa mujer, comparable en su arrojo a Agustina de Aragón, no se le ha dirigido una estatua. Y aún cuando se tratara de un personaje de ficción, que es lo más probable, su proeza merece consignarse aquí, ya que viene a cuento, como menaje a la sabiduría de quien la inventara <>, como diría el padre Feijoo.

Se daba por supuesto, efectivamente, que ninguna mujer podía acariciar sueño más hermoso que el de la sumisión a un hombre, y que si decía lo contrario estaba mintiendo.