¿Cómo planificarse los horas previas al día D?

¿Cómo planificarse los horas previas al día D?

Photo by Raimond Klavins on Unsplash

Estamos ya a escasas horas del día D. La playa de desembarco se ve ya con nitidez. Conocemos los integrantes y la sede de nuestro tribunal. Hemos investigado sus nombres en la Red. Pronto llegará el momento en que nos comuniquen las bolas. Pronto veremos cuáles son los textos que nos caen. Pronto entraremos en acción.

La ansiedad va a estar con nosotros hasta el final

Casi desde el principio hemos sufrido de ansiedad y temor. Ya son viejos conocidos nuestros. Menos las primeras semanas, cuando todo era enterarse en qué consistía la preparación y las propias oposiciones, la ansiedad nos ha acompañado. La conciencia de que nuestra preparación no era perfecta, la amplitud del temario, la casi infinita casuística que se puede producir en los ejercicios prácticos, las veleidades del tribunal… son tantos factores que no podemos controlar y que son tan distintos de los exámenes a los que nos hemos enfrentado antes, que quien no sienta ansiedad… es que no siente. Yo recibo muchos correos de personas preocupadas por su ansiedad, preguntándome si es normal sentirla. Pues sí. No solo es normal sentir esa ansiedad, sino que es bueno. Significa que somos muy conscientes de todo el esfuerzo realizado, del enorme premio al que aspiramos y de las dificultades que nos pueden sobrevenir. ¿Habrá un soldado que no tema antes de un desembarco? ¿No tendría miedo Cervantes antes de iniciar la batalla de Lepanto?

Saber cómo vamos preparados a estas oposiciones

Es fundamental saber cómo vamos preparados a las oposiciones en las tres facetas que esta tiene: examen del tema, ejercicios prácticos y programación. Solo hay una manera de saber esto con una cierta exactitud y es con ayuda externa. Que alguien haya evaluado nuestras destrezas en estos tres ámbitos es una cierta garantía que nos puede orientar en este sentido. Contar con instrumentos de control que nos indiquen nuestro proceso de estudio (como nuestra Hoja de Control) nos permite también saber cuál pueden ser nuestras posibilidades de éxito. En todo caso, las preguntas son: ¿cómo voy de bien preparado en cada faceta?

Tener claros nuestros objetivos

Para sobrellevar la ansiedad es importante, en primer lugar, tener claros nuestros objetivos en relación con nuestra preparación y bagaje. ¿Aspiramos ya a la plaza o lo que queremos es entrar en las listas de interinidades? Quizá solo queramos tener un primer contacto con las oposiciones… Yo, por ejemplo, en 1992 solo llevaba un tema. Hubiese sido absurdo plantearme que ese mismo año iba a obtener la plaza, pero vivir la experiencia de las oposiciones me sirvió sobremanera el año siguiente, pues desmitificó todo el proceso. Lo que yo veía como algo absolutamente lejano y para personas que no eran como yo, sino mucho más preparadas y mayores (yo entonces tenía veinticinco años) se convirtió en un examen masivo donde había personas de todo tipo.

Visualizar mentalmente cómo se desarrollará todo

Dicho todo esto, hay que una buena idea es imaginar cómo va a desarrollarse el proceso y cuáles deben ser nuestras reacciones ante las distintas situaciones que se puedan producir. Y en ese repaso mental ha de estar desde cómo nos acercaremos al tribunal, cómo debe ser la carpeta que llevaremos y qué materiales debe contener, cómo nos vestiremos para estar a gusto mientras realizamos la prueba y cómo se pueden ir desarrollando los acontecimientos. Por ejemplo, puede que las bolas las saquen en nuestra misma aula y pidan voluntarios para sacarlas. ¿Nos levantaremos? Yo siempre recomiendo hacerlo para removerlas bien. ¿Qué haremos si nos dejan repartirnos el tiempo entre los ejercicios? Todo esto debe estar claro en nuestra mente.

Realizar los últimos retoques a la preparación

Los últimos días tienen que servir para afilar nuestras armas de cara al desembarco. Es el momento de repasos cortos y masivos de los temas, de repasar conceptos y estructuras de los ejercicios prácticos. Para la programación, en algunas ocasiones, habrá tiempo después. Hagamos un plan detallado y muy concreto para estos últimos días y cumplámoslo. Incluyamos en él hasta el ejercicio físico y el descanso.

Contener los nervios

Todo esto ha de sobrellevarse con la ansiedad que nos va a ir invadiendo al menos hasta que salgan las bolas y veamos los textos. El esfuerzo físico, la dieta adecuada y la búsqueda de la serenidad pueden ser buenos ayudantes en estos días. Ser capaces de contener los nervios, templarse, es en estos días una nueva prueba para nuestro crecimiento personal. Puede parecer una exageración, pero cada momento que pasa en que no salimos corriendo a gritar por la ventana, es un paso adelante que nos debe ayudar: ¡estamos soportando una enorme presión y lo estamos haciendo bien! Estamos nerviosos sí, por supuesto, pero no hacemos locuras. Seguimos con nuestras rutinas, trabajamos, hablamos con nuestros seres queridos, bromeamos a ratos… ¡lo estamos consiguiendo! ¡Vamos a poder con todo!

Darlo todo

Y llegará el día del examen. Y saldrán las bolas y caerán los ejercicios prácticos. Y en ese momento sabremos que una gran parte de la suerte estará echada. El objetivo en ese momento es darlo todo. No irnos del examen sin haber dejado constancia de nuestro caudal de saber, de nuestra preparación, de todo lo que hemos ascendido en la montaña del saber. La idea es que no nos vayamos de allí sin tener muy claro que luego no nos podremos reprochar absolutamente nada.

Mantener un pensamiento positivo

Finalmente, se trata de mantener siempre un pensamiento positivo. Todo lo que vas a vivir va a ser una gran experiencia vital. Solo las personas vivas y esforzadas tienen el privilegio de esforzarse durante mucho tiempo para alcanzar una meta. Atletas, escaladores, exploradores, marineros… y opositores. Estamos ante la prueba de un reto que nos ha mantenido en tensión durante meses. Vamos a disfrutarlo.
¿Qué es lo peor que nos puede pasar? Que este año no sea el nuestro. Y yo sé bien de lo que hablo, pues en 1996 me quedé a 0,011 de la plaza. Pero supe, en el mismo momento en que veía en las listas ese enorme jarro de agua fría, que no estaba eliminado para siempre, si no que eso quería decir que para la próxima convocatoria yo ya tendría un bagaje que mis oponentes tardaría años en obtener… Eso es lo peor que nos puede pasar: que se retrase nuestra gloria. Porque la plaza será nuestra, más tarde o más temprano.

Tras el día D

Lo mejor es obtener la plaza. Visualicémoslo y hagamos planes. También sé de lo que hablo. Me compré un coche el mismo día que saqué la plaza en 1998.
Y pase lo que pase, el día posterior al examen nos habremos quitado un gran peso de encima. Pronto llegarán las vacaciones y podremos descansar. Playa, montaña, mar, cielo…
Ahora se trata de darlo todo. Quedan pocos días. Vamos a disfrutarlos como una experiencia y vamos a anhelar la libertad que está detrás de ellos.

En estos días tremendos, saludos y ánimo. Un fuerte abrazo.