¿Cuál es la huella que quiero dejar?
Siempre he querido ser profesora. Es algo que he tenido claro desde que era una niña. Por eso, cuando tuve que elegir, después del Bachillerato, la carrera que estudiaría, tuve claro que sería aquella que me apasionara y que me permitiera ser lo que quería. Estudié el doble grado de Filología Hispánica y Periodismo porque la lengua, las palabras y los libros eran lo que más me gustaba en el mundo. Sin embargo, y aunque tenía claro cuál debía ser mi camino, la vida me llevó por otros derroteros y mi grado de Periodismo me permitió trabajar en la radio, en la televisión y en una agencia de publicidad. Allí tenía la oportunidad de quedarme y desarrollar mi carrera, pero esa posibilidad me hizo preguntarme: ¿Qué quiero hacer con mi vida? ¿Ayudar a las empresas a lograr sus objetivos o contribuir a hacer una sociedad mejor a través de la educación? ¿Cuál es la huella que quiero dejar?
La vida me pone en mi sitio
Sabía que ser profesora era algo más que preparar exámenes, explicar contenidos y poner notas. Sabía que implicaba formar personas, crear a los adultos del futuro y moldearlos y eso era lo que quería. La pandemia, aunque yo siempre he pensado que fue la vida misma, me puso en mi sitio y en verano de 2020 me despidieron de la agencia de comunicación. Afortunadamente, me había inscrito “para probar suerte” en las oposiciones, que se retrasaron debido a la crisis sanitaria por lo que me dediqué, desde septiembre, a estudiarlas, sabiendo que iba a ser un camino duro y, la verdad, sin grandes pretensiones. Quería vivir la experiencia y hacer el examen, pues lo cierto es que pensaba que la plaza estaba muy muy lejos de mi alcance y que esta era un premio reservado para las personas con más experiencia, más idiomas y más formación que yo.
La oportunidad de la pandemia
En cualquier caso, la pandemia también había hecho que las personas inscritas en la oposición también pudiéramos trabajar durante el curso de 2020-2021 y, a finales de septiembre, me ofrecieron una vacante de media jornada hasta junio y, sin dudarlo, decidí compaginarla con el estudio. También me di cuenta, en ese momento, de que necesitaría un preparador ya que no tenía ni idea del proceso de selección en el que me encontraba inmersa: tenía que confeccionar la programación didáctica, estudiar los temas y preparar el ejercicio práctico. Y todo eso en apenas nueve meses. Recordé que una compañera me había hablado maravillas de Eduardo y de Opolengua: “es garantía de éxito” me dijo.
Opolengua: “es garantía de éxito” me dijo.
En seguida lo llamé, me explicó el proceso y su método y decidí embarcarme en la aventura, indicándole que mi objetivo no era sacar la plaza, pues lo veía dificilísimo, sino, simplemente, presentarme y tratar de hacer un buen examen. Así inicié esta travesía que se ha convertido en una de las más interesantes de mi vida.
Paso a paso. Sin pausa.
Conforme pasaron los meses, fui acumulando temas en mi cabeza, construyendo mi programación didáctica y perfeccionando mis comentarios de texto. Teniendo a Eduardo como gurú a lo largo de todo el proceso, fui recorriendo este camino lenta pero segura, afianzando cada paso y progresando cada semana que pasaba. Los materiales que me proporcionó la plataforma de Opolengua eran fiables y completos, los tutoriales de los ejercicios prácticos exhaustivos y, respecto a la programación didáctica, sé a ciencia cierta que me habría sido imposible realizarla sin la ayuda de Eduardo.
Estos meses han sido los más productivos e intensos que he vivido nunca
A lo largo de estos meses, ha sido muy duro dedicar tanto tiempo a estudiar y, aunque la pandemia lo ha puesto algo más fácil, ver cómo mis amigos o mi pareja hacían planes en los que no podía participar ha sido algo complicado. Sin embargo, puedo decir que estos casi nueve meses han sido los más productivos e intensos que he vivido nunca. Me he convertido en una experta en mi especialidad y he aprendido muchísimo, no solo los contenidos de la oposición, sino otras lecciones como son la paciencia, la perseverancia y el lidiar con la presión.
26 de julio de 2021: la plaza
El 26 de julio confirmé que había obtenido la plaza y aún no me lo creo, pero cuando recuerdo que el 1 de septiembre empezaré un nuevo curso, tengo mariposillas en el estómago porque mi sueño se ha cumplido y el vuestro, con ayuda de Eduardo, seguro que también.