La travesía de Fernando López Menéndez (Madrid, 2021) o de cómo aprovechar con valor las oportunidades que nos ofrece la vida.

La travesía de Fernando López Menéndez (Madrid, 2021) o de cómo aprovechar con valor las oportunidades que nos ofrece la vida.

México, mayo de 2020: el aplazamiento de las oposiciones me da una oportunidad

Era mayo o junio de 2020 cuando me enteré de que las oposiciones se aplazaban debido a la pandemia: serían en junio de 2021. Llevaba unos ocho años dando clases en una escuela en México y anteriormente había dado clases en España, siempre en el ámbito privado. En total era más de una década como profesor, en diferentes sitios en los que aprendí mucho, pero sin unas condiciones de trabajo realmente estables ni un sentido de pertenencia y afinidad como el que considero que puedo tener en un centro público. Cuando vi la noticia lo tuve claro: tenía que presentarme. A la decisión contribuyeron, probablemente, las alteraciones provocadas por la pandemia y la falta de expectativas laborales que en ese momento teníamos mi mujer y yo. 

La necesidad de un preparador

Empecé a estudiar yo solo, pero pronto me di cuenta de que, para una apuesta como esa, a la que iba a dedicar mucho tiempo y esfuerzo, necesitaba un preparador. Aunque me había presentado una vez al examen, llevaba ya mucho tiempo desconectado (y olvidado) del funcionamiento de las oposiciones y todo lo que implican. Cuando di con el sitio de Opolengua y vi los cursos que ofrecía, me convenció que tenían un método de estudio, materiales de referencia, correcciones… Y todo ello de forma rigurosa. Empecé a convencerme, además, de que el objetivo tenía que ser la plaza, que era una oportunidad única.

Una mudanza de un continente a otro en plena pandemia y con un gato

El plan era quedarnos en México hasta el examen y después, si todo iba bien, hacer la mudanza. Sin embargo, a mi mujer le dieron una beca para una investigación en el Reino Unido, lo cual precipitó las cosas: nos marcharíamos en febrero. Si dicen que tres mudanzas equivalen a un incendio, lo mismo podría decirse de una sola mudanza si es de un continente a otro, en plena pandemia y con un gato. El cambio, evidentemente, me alteró un poco el ritmo de estudio, aunque para entonces ya había avanzado bastante con la programación didáctica, llevaba unos cuantos temas estudiados y tenía varios comentarios corregidos. Es una de las ventajas de la forma de trabajo de Eduardo, que vas avanzando simultáneamente en los diferentes aspectos de la oposición.

Estudiar la carrera de Filología de nuevo

Durante el estudio, les decía a mis amigos que tenía la sensación de estar estudiando de nuevo la carrera de Filología. De hecho, hice lecturas que no había hecho o que tenía olvidadas, releí textos con nuevos puntos de vista y adquirí una visión más completa de la literatura y su relación con la historia. En este sentido, estudiar la oposición fue un reencuentro con los “contenidos fuertes” de mi campo de estudio (los cuales no siempre se tiene oportunidad de tratar en una enseñanza que reduce los contenidos para volcarse en lo metodológico y las competencias). 

Una oda a la educación pública

Recuerdo ahora unas frases del mensaje de felicitación de Eduardo, que además de la parte más personal tenía otra más solemne: “Vas a ser el responsable de difundir y defender nuestra lengua y nuestra literatura. Defender el derecho a la educación y al progreso individual de todos es nuestro privilegio y nuestra responsabilidad”. Leyendo estas palabras, ¡me dan ganas de hacer aquí una oda a la educación pública! Si hay algo así como una “vocación docente”, supongo que tiene que ver con esa responsabilidad, y con la importancia de enseñar, en nuestro caso, una materia como lengua y literatura en un contexto educativo como el actual. 

¿Cómo hacer un buen examen de oposiciones?

Por último, diría que para hacer un buen examen, como ya sabemos, no hay recetas mágicas, pero creo que es importante hacer aportaciones propias a los temarios, practicar mucho los comentarios de texto y tener interlocutores con los que contrastar o reforzar diferentes aspectos de la preparación (en este sentido, tengo que agradecer aquí las charlas con mi amigo Dani y las sugerencias y ánimos de Elena y Pilar). Además, el curso con Eduardo fue para mí fundamental. Y leer, leer, leer concienzudamente.