Hoy es lunes y comenzamos la semana publicando la solución de nuestro reto ¡Ponte a prueba! con la intención de servir de piedra de toque a las personas que preparan la prueba del comentario de texto de las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura..
Señalábamos el viernes pasado que habíamos elegido un autor que ha aparecido varias veces en las oposiciones, la última vez en este 2021 y estamos seguros de que volverá a hacerlo, pues uno de los poetas en lengua española cuyo magisterio ha sido siempre valorado. Elegimos además una edición facsímil para servir como banco de pruebas a quienes tienen que situar el texto en una época. De nuevo, hemos tenido una gran respuesta en nuestra página.
Así Teresa Blanes sitúa acertadamente el texto en su época y apunta a su autor. José Manuel Serrano Valero y Ana Belén Campos Hornero indican acertadamente que pertenece a una de las églogas de Garcilaso de la Vega. Y Laura Blanco Grau, Mónica Cid, Isabel Sánchez, Elena González y Adrián Gómez Acosta precisan la obra y el autor. Y es que efectivamente se trataba del inicio de la Égloga III de Garcilaso de la Vega (1501-1536). ¡Enhorabuena a todos ellos y ojalá que el día D tengan la misma suerte!
Y nada más por hoy. Feliz y fructífera semana de estudio. Como siempre, nuestro recuerdo a las víctimas de la pandemia. Saludos y ánimo.
Por aquesta razon de ti escuchado,
aunque me falten otras, ser meresco;
Lo que puedo te doi, y lo que´è dado,
con recebillo tu, yo m’enriquesco.
de cuatro Ninfas que del Tajo amado
salieron juntas, a cantar m’ofresco:
Filódoce, Dinámene y Climene,
Nise, que en hermosura par no tiene
Cerca del Tajo, en soledad amena,
de verdes sauzes ái una espessura,
toda de iedra revestida i llena,
que por el tronco va hasta el altura
y assi la texe arriba yencadena
qu’el sol no halla passo a la verdura;
el agua baña el prado con sonido,
alegrando la vista y el oído.
Con tanta mansedumbre el cristalino
Tajo en aquella parte caminava
que pudieran los ojos el camino
determinar apenas que llevava.
peinando sus cabellos d’oro fino,
una Ninfa del agua do morava
la cabeça sacò, y el prado ameno
vido de flores y de sombra lleno.
Movióla el sitio umbroso, el manso viento,
el suâve olor d’aquel florido suelo;
las aves en el fresco apartamiento
vio descansar del trabajoso buelo;
secava entonces el terreno aliento
el sol, subido en la mitad del cielo;
en el silencio solo s’escuchaba
un susurro d’abejas, que sonaba.
Aviendo contemplado una gran pieça
atentamente aquel lugar sombrío,
somorgujò de nuevo su cabeça
y al fondo se dexó calar del río;
a sus ermanas a contar empieça
del verde sitio el agradable frío,
y que vayan, les ruega, y amonesta,
allí con su labor a estar la siesta.
No perdió en esto mucho tiempo el ruego,
que las tres dellas su labor tomaron,
y en mirando defuera, vieron luego
el prado, hacia el cual endereçaron;
el agua clara con lacivo juego
nadando dividieron y cortaron,
hasta qu’el blanco pie tocó mojado,
(saliendo del arena), el verde prado.