Dominar el temario es lo fundamental al estudiar oposiciones

Dominar el temario es lo fundamental al estudiar oposiciones

Photo de Damir Spanic on Unsplash

Como sabemos, las oposiciones se basan en tres elementos. Temario, programación y ejercicios prácticos. Algunas personas no tienen todo el tiempo que desearían por diferentes razones. Unas tienen que hacer el MAES, otras se han decidido a sumar puntos para el baremo haciendo cursos, otras tienen diferentes situaciones personales que les impiden dedicar a la oposición el tiempo que desearían. ¿Qué es lo mejor que pueden hacer en una situación así?

¿Estudiar ahora?

Estamos en octubre de 2021 y algunas personas no saben qué hacer. Ven las oposiciones lejos, allá por junio de 2023 y creen que lo mejor es esperar. Eso es un error. Hay muchas personas que se presentarán en 2023. Bastantes personas ya tienen avanzado el dominio del temario y de los ejercicios prácticos. Serán los candidatos más fuertes en las próximas oposiciones. Solo hay una manera de acercarse a la meta: trabajar nosotros también para alcanzarlos y sobrepasarlos.

¿Y qué es lo más seguro que se puede hacer en una situación así?

Afortunadamente hay una respuesta a esta pregunta: estudiar. Esa es la respuesta que no tiene fallo por ningún sitio, porque aun en el peor de los casos (y ese caso es que se modificara el temario (algo que se anuncia desde el año 2000 aproximadamente sin plasmarse nunca), si estudiamos temas imprescindibles (como la literatura clásica o la gramática básica), ese estudio estará hecho. Esos temas, de una u otra forma, estarán en el temario siempre. Así pues, estudiar es siempre la opción más segura. 

La respuesta siempre está en el dominio del temario

En algunas comunidades el tema vale el 50% de la nota en la primera prueba y el práctico, el otro 50%. Pero hay comunidades en las que el tema vale solo el 30%. Aún así, la base del estudio siempre está en el dominio del temario. Como hemos dicho siempre, esa es la base, el casco del barco que después sostendrá los palos y las velas de la embarcación que nos conducirá a la plaza.

En el temario está nuestra sabiduría básica

Y es que el temario reúne los saberes que la Ley supone que nosotros debemos dominar para poder realizar nuestra función. Aparecen los contenidos de lengua y literatura que debemos conocer para acceder a la plaza. 

No se puede comentar un texto o hacer un ejercicio práctico sin dominar el temario

Esta es una verdad absoluta. No se puede realizar un comentario de una obra de Garcilaso de la Vega sin dominar el tema 47. Y no puede hacerse un comentario de un poema de Quevedo sin saberse el tema 47 y 51, pues ambos reflejan sus contenidos en la lírica barroca. No se puede hacer un comentario lingüístico sin dominar los temas sobre las tipologías textuales o las variedades lingüísticas. Una persona que no dominar el temario, puede comentar un texto, por supuesto, pero no con la profundidad que lo hará otra que sí lo domina. 

¿Cuál es la relación entre el ejercicio práctico y el temario?

Pondremos un ejemplo. Si sale un texto teatral de Lorca, por ejemplo, podemos comentarlo sin habernos estudiado el tema 65. Por supuesto que podemos hacerlo. Pero lo haremos mejor si somos capaces de explicar por qué ese texto de Bodas de sangre es característico de su época y de su autor, ya que ese es el objetivo del comentario. Y eso sale en el tema 65. Pero es que, además, todos conocemos la influencia de la lírica y el teatro clásico en el teatro de Lorca, por lo que el dominio del tema 52 (Lope de Vega) o de los temas 47 y 51 serán también decisivos. Si añadimos además el tema 39 sobre el género teatral, estaremos en muchísimas condiciones de comentar. Esto es algo evidente que algunas personas ignoran y otras olvidan. Es por ello que, desde 1999, todos nuestros cursos avanzan sincrónicamente relacionando la secuencia de estudio con el curso de comentario.

Saberse el temario es lo más importante para dar clase

Por otro lado, el dominio del temario es crucial cuando luego damos clase en el instituto. Y esto es lógico, porque si no podemos enseñar nada… ¿para qué servimos? Yo, personalmente, siempre he dicho que no me he preparado teóricamente ni una sola clase en toda mi vida y es verdad. ¿Por qué? Pues porque yo me sabía el temario ya como interino. Tenía que preparar materiales, eso sí. ¿Pero lo que es el contenido teórico? Nunca. 

Silencio y serenidad dando clase 

La experiencia además me ha demostrado que suelen tener muchos más problemas disciplinarios los profesores que no dominan su asignatura que aquellos que sí lo hacen. El alumnado detecta esto desde el primer día. Les basta con escuchar las explicaciones y ver si son confusas y con elementos incoherentes o si son sólidas. Les basta con ver cómo contestamos sus preguntas. Si les damos respuestas sólidas con seguridad o bien les damos respuestas evasivas y con nervios. Y todo ello repercute en nuestra autoridad y en nuestro prestigio. Los buenos alumnos adoran a los buenos profesores que les enseñan cosas y los malos alumnos, los respetan. Esa es mi experiencia.

Crecimiento personal

Cuando dominamos el temario, además, vamos cobrando conciencia de que sabemos más cosas. Y para una persona cuya vocación es precisamente transmitir conocimientos es algo fundamental, porque nos une con nuestra propia vida. Es como una persona que cuya vocación es repartir agua y encuentra un manantial cada vez más grande. Su felicidad y autoestima aumenta día a día.

Nuestro método de estudio cuenta además con un mecanismo de control de nuestros avances

Nosotros, en Opohispania, contamos con un método de estudio y unas herramientas, nuestra HC, que nos permiten tener un control completo sobre nuestros avances, lo que nos permite ver cómo la pirámide de nuestro saber aumenta día a día, cómo nuestra heredad va floreciendo en temas de manera constante y cómo nuestros esfuerzos, poco a poco, nos van dando una enorme solidez.