¿Va a afectar el nuevo currículo a las oposiciones?

¿Va a afectar el nuevo currículo a las oposiciones?

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El nuevo decreto es el desarrollo normal de la aprobación de una nueva ley educativa.

Como todos sabemos, la Ley Orgánica 3/2020 (también conocida como LOMLOE o Ley Celaá) se aprobó en diciembre de 2020. Esto quería decir que a los pocos meses se aprobaría un nuevo Real Decreto curricular. Tal y como teníamos previsto entonces, esta nueva norma se aprobaría a finales de año y así parece que va a ser. Desgraciadamente, este proceso ya lo hemos visto bastantes veces, pues las normas educativas son quizás las que más cambios han sufrido en los últimos treinta años. Pues bien, el borrador ya está completo y enviado a las comunidades autónomas y será cuestión de semanas (seguramente antes de que acabe el año) su aprobación en Consejo de Ministros.

¿Y qué pasará después?

Una vez que el Real Decreto esté aprobado, las comunidades autónomas tienen la potestad de adaptarlo a sus respectivas áreas de dominio. La experiencia de los últimos treinta años nos dice que este proceso se alarga entre uno y seis meses. Lo normal es que las comunidades que menos tocan el Real Decreto (que suelen ser las comunidades gobernadas por el mismo partido que ostenta el Gobierno de la Nación) tardan menos y que las comunidades que más lo adaptan, tardan más. Pero nuestra perspectiva es que este proceso estará finalizado en junio de 2022, aunque es posible que haya muchas comunidades que lo tengan finalizado en la primavera. Hay que tener en cuenta que el calendario de la LOMLOE supone que en el curso 2022-2023 el nuevo currículo debe ser implantado en los cursos impares (1º y 3º de ESO y 1º de Bachillerato) dejando para el 2023-2024 los pares.

¿Cómo incide esto en mi programación?

Como ya aventuramos en pasadas entradas del blog, el cambio curricular puede incidir y mucho en nuestras programaciones. Pondremos un sencillo ejemplo. Las oraciones compuestas han cambiado su ubicación curricular en varias ocasiones en los últimos treinta años. En ocasiones eran contenido de 4º de ESO y en otras comenzaba su estudio en 3º. Esto mismo vale para la periodización de la literatura, pues en ocasiones el realismo ha estado en el currículo de 2º de Bachillerato y en otras ocasiones en el de 1º. Esto, lógicamente, no solo incide en la programación, sino también en las unidades didácticas, por lo que nuestra recomendación es actuar con cautela en este sentido y esperar a que salgan las nuevas normas. Obviamente, esto no supone dejar de estudiar o no hacer comentarios. Todos los otros apartados de la preparación deben avanzar a buen ritmo.

Las tres excepciones: Cataluña, Baleares y Galicia

Hay tres excepciones a esto que estamos diciendo, pues hay tres comunidades que han anunciado convocatoria para este mismo curso y en el momento en que se desarrolle su proceso todavía no estará implantado el nuevo currículo. Así pues, las personas que se vayan a presentar en Cataluña, Galicia o Baleares no tienen que preocuparse de lo que sigue más abajo para su próxima convocatoria.

¿Y cómo va a cambiar el currículo?

Ayer, el diario El País, siempre bien informado en lo que se refiere al Gobierno, publicaba un interesante artículo sobre el tema. Se trata de una información absolutamente fiable, pues en él dos de las autoras del nuevo currículo, Guadalupe Jover y Rosa Linares, explicaban algunas de sus líneas maestras. Nosotros, obviamente, tenemos nuestra opinión sobre los cambios que proponen, pero nos vamos a centrar en difundir su propuesta, que es lo que más importa a las personas que preparan las oposiciones.

La enseñanza de la lectura

Jover indica en el artículo que la lectura “debe enseñarse de manera explícita, planificada, coordinada y sostenida: no puede darse por supuesto. La falta de destrezas de comprensión lectora está en la entraña misma del fracaso escolar”.

Importancia de la comunicación oral

La propia Jover señala que el segundo aspecto más destacable como novedad es la enseñanza de la comunicación oral tanto en los usos formales (exposiciones orales, debates…) como en los informales (“aprender a resolver de manera dialogada los conflictos”). Se nos indica que el nuevo currículo de la materia establece diez competencias en la etapa, de las que ocho tienen que ver con comunicación de los alumnos, incluida de aprender a “seleccionar y contrastar información, evaluando su fiabilidad y pertinencia”.

Pierde peso el análisis sintáctico

Linares plantea que se dedican “horas y más horas de práctica en las que el análisis y sus convenciones se convierten en un fin en sí mismo” y esto ha de ser sustituido “a través de la reflexión de los estudiantes: la formulación de hipótesis, la búsqueda de contraejemplos, las generalizaciones…”.

La literatura y su enseñanza

El nuevo currículo plantea que los alumnos tengan autonomía para elegir sus lecturas y que el profesora marque “obras del patrimonio nacional y universal” en la ESO y de la literatura española e hispanoamericana en Bachillerato.

El respeto a las variedades diatópicas

Otro de los aspectos en los que se quiere incidir es en el respeto a las diferentes variedades lingüísticas sean estas idiomas, dialectos o hablas, tanto referido a las propias de España, como a otros idiomas de minorías presentes en nuestro país como el árabe o el rumano.

No hay que tener miedo, sino esperar

Visto pues el artículo, no debemos tener miedo sino esperar. Como es lógico, las cosas no pueden cambiar totalmente, pues sea cual sea el color político del Gobierno de turno, hay cuestiones evidentes: la literatura y la lengua tienen sus contenidos y su lógica interna y esto impide que se derribe lo pasado de una palada. Solo un lunático quitaría la literatura del Siglo de Oro o no incidiría en lo que es una oración. Todo esto se va a mantener y de hecho, todos los cambios que plantean ya estaban en el último Real Decreto y otros anteriores. Se trata de enfatizar más o menos sobre algunas cuestiones. Lo que no sabemos es cómo y cuándo (en qué cursos) se va a hacer y por eso todavía no podemos empezar a trabajar y debemos mantenernos a la expectativa en lo referente a la programación y avanzar en las otras áreas de la preparación (temario y ejercicios prácticos).

¿Y si ya tengo mi programación hecha de la última convocatoria de oposiciones?

Pues esto es una gran noticia, porque quiere decir que ya tenemos una gran parte del trabajo hecho, incluyendo lo más arduo, que son las unidades didácticas. Es seguro que habrá que cambiar algunas cosas (y hemos de empezar mirando la secuenciación), pero también es seguro que lo que es la base de la misma nos va a servir. No hay que desanimarse por esto. Pensemos en que otras personas tienen que empezar desde cero y tienen por delante todo el esfuerzo que nosotros ya conocemos bien. Nos dará tiempo a modificarla y hacerla muy competitiva. Seguro.

La relatividad de los cambios

Por otro lado, todos los cambios son relativos. Y esto por dos razones. Desde que comenzaron los desarrollos curriculares exhaustivos allá por los noventa, quienes han dictado al final lo que se da y no se da en las aulas son las editoriales. Pongamos como ejemplo que en ninguno de los currículos de los últimos veinte años se marcaba explícitamente qué periodos y obras literarias debían darse en 3º de ESO y han sido las editoriales quienes han seguido marcando los contenidos. Ahora se dice que los profesores van a tener más libertad. ¿Cuántos profesores van a proponer libros sin historia de la literatura española? O dicho de otra manera más clara… ¿cuántas editoriales van a publicar libros sin historia de la literatura? Mi experiencia como escritor de libros de texto me dice que las editoriales se dejan llevar por la tradición porque quienes eligen los libros de texto son los profesores y no el Ministerio. Y las editoriales creen que venderán más libros si hablan de Garcilaso y Cervantes que si no lo hacen. Y esto tiene luego su influencia en las oposiciones, porque los profesores del tribunal al ver las programaciones que exponen los candidatos parten de su experiencia real y ésta está marcada por los contenidos del libro de texto más que por el currículo, que muchos profesores ni siquiera se leen.

Su influencia en las oposiciones

Dejamos para el final otro aspecto. De aquí a que se den las oposiciones de 2023 no hay en lontananza cambios de Gobierno. No creemos que la coalición que lo sustenta vaya a dejar caer a Sánchez. Esto quiere decir que en las oposiciones de 2023 (recordemos que las elecciones deben ser en diciembre de 2023) estos nuevos decretos serán nuestra referencia fundamental. Pero tengamos en cuenta que en esa fecha, no estará implantado todavía en los cursos pares, por lo que se puede dar la circunstancia de que se permita que las programaciones de la LOMCE valgan si son referidas a 2º, 4º y 2º de Bachillerato. Esto a día de hoy no podemos saberlo y será una incógnita que se despejará a partir de junio del año que viene. Por ahora toca esperar y ver cómo es concretamente el nuevo decreto de nuestra comunidad autónoma, lo que sucederá probablemente, entre enero y junio de 2022.

Sea como fuere, no te preocupes. Sigue estudiando y preparando la prueba práctica. Tu preparación será óptima, afrontarás los cambios con ilusión y obtendrás tu plaza. Seguro. Saludos y ánimo.