¡Ponte a prueba! 10/2022

¡Ponte a prueba! 10/2022

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Hoy es viernes y, como siempre, volvemos con nuestro ¡Ponte a prueba!, este reto que planteamos desde 2016 para que las esforzadas y admirables personas (esas que dedican horas y horas de su tiempo a mejorar su formación para presentarse a la prueba de comentario de las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura, que es lo mismo que engrandecer nuestra sociedad) tengan una piedra de toque y una referencia que les permita mejorar su preparación.

Y hoy volvemos con otra obra que nos resulta muy emotiva y es quizá una de las cumbres de nuestra literatura y cuya lectura recomendamos a quienes no la conozcan. Se trata como siempre, de reconocer obra y autoría y, por supuesto, de adscribirla a una época, un género y un movimiento literario.

Como siempre, podemos participar escribiendo nuestros comentarios en la página de Facebook de opolengua.com hasta el domingo por la noche y la solución con la lista de acertantes la daremos el lunes. 

Y nada más por hoy. Feliz fin de semana. Saludos y ánimo.

Hijo, pues, de mis ojos, en buen hora
vais a vivir con Dios eternamente
y a gozar de la patria soberana.
¡Cuán lejos, Carlos venturoso, agora
de la impiedad de la ignorante gente
y los sucesos de la vida humana,
sin noche, sin mañana,
sin vejez siempre enferma,
que hasta el sueño fastidia,
sin que la fiera envidia
de la virtud a los umbrales duerma,
del tiempo triunfaréis, porque no alcanza
donde cierran la puerta a la esperanza!

La inteligencia que los orbes mueve
a la celeste máquina divina
dará mil tornos con su hermosa mano,
fuego el León, el Sagitario nieve;
y vos, mirando aquella esencia trina,
ni pasaréis invierno ni verano,
y desde el soberano
lugar que os ha cabido,
los bellísimos ojos,
paces de mis enojos,
humillaréis a vuestro patrio nido,
y si mi llanto vuestra luz divisa,
los dos claveles bañaréis en risa.

Yo os di la mejor patria que yo pude
para nacer, y agora en vuestra muerte,
entre santos dichosa sepultura;
resta que vos roguéis a Dios que mude
mi sentimiento en gozo, de tal suerte
que, a pesar de la sangre que procura
cubrir de noche escura
la luz de esta memoria,
viváis vos en la mía;
que espero que algún día
la que me da dolor me dará gloria,
viendo al partir de aquesta tierra ajena,
que no quedáis adonde todo es pena.