Comienza otra semana importante porque mañana se aprobará otro real decreto que influirá en las próximas oposiciones, el de bachillerato. Pero como es lunes, nosotros iniciamos la semana con nuestro reto del ¡Ponte a prueba!, el acertijo que pretende ayudar siguiendo la máxima clásica del docere et delectare a esas esforzadas personas que preparan la siempre temida prueba de comentario de las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura y además quiere suponer un ameno pasatiempo a todas las personas que aman la literatura en español y su historia.
Decíamos el pasado viernes que el autor de este texto había aparecido en las oposiciones y así fue, por ejemplo, en Madrid en 2016. Y cuando un autor ha aparecido hay que prestarle más atención que a uno que no lo ha hecho, precisamente porque ya sido elegido para la prueba. Y nuestros seguidores han acertado como en otras ocasiones.
Rafael Robledo Simón y José Manuel Serrano Valero señalan acertadamente elementos del contenido del texto aludiendo a la mitología o al locus amoenus. Verónica Prezioso razona muy bien la autoría del poema y su movimiento literario. Y Jess Colina Hill hace pleno al señalar la obra de la que está extraído el texto. ¡Enhorabuena a todos ellos y ojalá que el día D tengan la misma fortuna!
Y es que efectivamente se trataba de los versos 233-280 extraídos de la Soledad Primera (1613) largo poema escrito en silvas por don Luis de Góngora y Argote (1561-1627), donde se dan todos los rasgos que luego serán identificados por gran parte de la crítica como característicos del culteranismo (mitología, hipérbaton, dificultad, uso de la metáfora, etc.).
Y nada más por hoy. Feliz semana de estudio. Saludos y ánimo.
Bajaba entre sí el joven admirando
armado a Pan, o semicapro a Marte,
en el pastor mentidos, que con arte
culto principio dio al discurso, cuando
rémora de sus pasos fue su oído,
dulcemente impedido
de canoro instrumento, que pulsado
era de una serrana junto a un tronco,
sobre un arroyo de quejarse ronco,
mudo sus ondas, cuando no enfrenado.
Otra con ella montaraz zagala
juntaba el cristal líquido al humano
por el arcaduz bello de una mano
que al uno menosprecia, al otro iguala.
Del verde margen otra las mejores
rosas traslada y lilios al cabello,
o por lo matizado o por lo bello,
si Aurora no con rayos, Sol con flores.
Negras pizarras entre blancos dedos
ingenïosa hiere otra, que dudo
que aun los peñascos la escucharan quedos.
Al son pues deste rudo
sonoroso instrumento,
lasciva el movimiento,
mas los ojos honesta,
altera otra bailando la floresta.
Tantas al fin el arroyuelo, y tantas
montañesas da el prado, que dirías
ser menos las que verdes Hamadrías
abortaron las plantas:
inundación hermosa
que la montaña hizo populosa
de sus aldeas todas
a pastorales bodas.
De una encina embebido
en lo cóncavo, el joven mantenía
la vista de hermosura, y el oído
de métrica armonía.
El Sileno buscaba
de aquellas que la sierra dio Bacantes,
ya que Ninfas las niega ser errantes
el hombro sin aljaba,
o si del Termodonte,
émulo del arroyuelo desatado
de aquel fragoso monte,
escuadrón de Amazonas desarmado
tremola en sus riberas
pacíficas banderas.