Se acerca el final de curso escolar y llegan los exámenes y las oposiciones. Nosotros ya hemos concluido nuestros cursos de oposiciones de este año y nos preparamos para el próximo. Estamos trabajando ya en nuestro curso Unidad 2023 y creeemos que estará listo a finales de junio. Pero hoy es viernes y como cada semana planteamos un nuevo reto de nuestro ¡Ponte a prueba!, el simpático acertijo con el que queremos ayudar y deleitar a las nobles y esforzadas personas que preparan con fe las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura en su prueba de comentario. Se trata, como no, de un reto abierto a todas aquellas personas que aman la literatura en español independientemente de su país de origen.
El texto de hoy no ha aparecido nunca en las oposiciones y puede que no lo haga nunca, pero si yo fuera el presidente del tribunal número uno y tuviera la responsabilidad de fijar el ejercicio, lo elegiría aspecto literario como en el filológico. Como hemos dicho tantas veces, no hay que asustarse si no reconocemos la obra ni su autoría, siempre que podamos adscribirlo a su época, género y movimiento literario.
Como siempre, se puede participar escribiendo comentarios en la página de Facebook de opolengua.com (no en la mía personal) hasta el domingo por la noche. Nosotros daremos el lunes la solución del reto y la lista de acertantes.
Y nada más por hoy. Feliz fin de semana. Saludos y ánimo.
En esta, pues, Noruega de claridad, me parece que Felipe Calçado y Inés del tamaño, padres de aquellas mugeres que aunque compran el manto entero no se sirve más que del medio, tuvieron devoción de criar un niño de los expósitos, o de la piedra. Y como el día que en Madrid sale la processión de las amas se fuessen los dos a la calle Mayor, donde mi suerte quiso que yo les agradasse más que los otros, tanto por ser varón y averme soltado del andador, quánto porque era blanco y les agradó los buenos troços de mis brazos y piernas, prometedores de no mala persona en los tiempos futuros, me llevaron consigo a la casa de los dos mayores ladrones que en España ha avido: a cuya mi ya putativa madre servía de guion en todas las más de sus acciones, una punta de hechizera, como vuessa merced adelante verá, no obstante que los dos tenían sus devociones, que es muy de la frutera aver assalariado al ciego para que la reze, y aún a derramar lágrimas oyendo el passo de los açotes, y dar con el dedo para que el peso supla lo que en él no ha puesto.
En esta, pues, fue creciendo alegre y vinoso porque aquellas hijas a cuya mayor parte por su edad cae mejor madres, me hizieron un cimiento en el estómago de sopas de vino. Fuera de qué, aquellos rufos, o como les dizen, me ahogaron en él: y digo bien, porque si el que algunas vezes llevava en el estomaguillo pudiera salir fuera, ocupara más que la misma personilla.
Diéronme tan buena negociación mis putativos padres que, antes de onze años, me llevaron al estudio, donde no permanecí, tanto por lo que vuessa merced sabrá, cuanto porque si veía hurtar a mi padre, ser hechizera mi madre, el maltrato de sus hijas, ¿como avía de aprovechar en cosa virtuosa? El ser bueno entre buenos no se haze poco, llevándose consigo cualquiera su natural, que el que mejor le tuviere por lo menos le vendrá de sus primeros padres, y hara harto en tenérselas tiessas a la mala inclinación. ¡Mire que será teniéndole malo!
Y desde esta edad haré a vuessa merced partícipe de mi vida y milagros altos y baxos, próspero y adverso dello, que si vuessa merced no lo tiene por enojo, es como se sigue. Sí que no se le hará cuesta arriba dezirle yo que el señor mi padre tenía por costumbre no tenerlas buenas. Hazia a aquellas desventuradas mugeres tantas molestias y tanto las hurtava sus dineros, que, después de averle preso muchas vezes por ello, viendo que no se enmendava le dió por su dinero un verdugo çurdo dozientos açotes derechos: digo por su dinero, porque después pagan la caridad y si no ay con qué dejan o ropilla o calçón o herreruelo en prenda.