En estos días estamos creando nuestro nuevo curso Unidad 2023, que va a estar conformado por diferentes vídeos y materiales para que quien lo realice pueda confeccionarse una excelente unidad que le conduzca a obtener la plaza. Esa es nuestra ilusión y nuestro objetivo.
La lectura y el dominio de los decretos curriculares son tareas obligatorias
Debido a ello, hemos realizado una lectura profunda de los reales decretos curriculares de ESO (RD 217/2022) y Bachillerato (RD 243/2022) Hay que tener en cuenta que los reales decretos no solo nos dicen qué se debe enseñar, sino cómo se debe hacerlo y cómo se debe evaluar. En ellos está todo. Son una enorme ayuda. Además, es imposible hacer una excelente programación o una excelente unidad (y ese es nuestro objetivo) sin demostrar al tribunal que nuestro trabajo responde de forma adecuada a lo que plantea la legislación. Y para poderlo demostrar y hacerlo de la forma más brillante posible, es preciso conocer y dominar la legislación. Como decimos siempre, los decretos curriculares son temas que nos van a caer con toda seguridad. Y por ello deben ser estudiados mejor que ningún otro tema del temario. Para facilitar esta tarea hemos realizado un video-tutorial explicativo, una tablas de trabajo y una versión subrayada de ambos decretos. Estos son los materiales auxiliares de los que partiremos en nuestro Curso Unidad 2023 para confeccionar nuestra unidad.
Decretos continuistas
Lo primero que hay que hacer es tranquilizar a quienes nos leen. Se trata de dos decretos iguales en cuanto a su estructura y en gran parte de su contenido. Es cierto que modifican nuevamente la terminología pedagógica, pero los conceptos son los mismos que ya conocíamos desde 1990. En este sentido, el cambio es, en realidad, una continuidad. Los ha elaborado el mismo equipo de trabajo encabezado por Alejandro Tiana Ferrer y Elena Martín Ortega, que ya hicieron el currículo de la LOGSE. Aparecen prácticamente los mismos bloques de contenido de decretos anteriores. La diferencia es que ahora llaman a los viejos objetivos de área “competencias específicas” y a los contenidos los llaman “saberes básicos”. Se ve que estos pedagogos dedican enormes esfuerzos a la investigación y a la innovación educativa. El enfoque pedagógico también sigue siendo el mismo constructivismo que inspiró la LOGSE y es corriente hegemónica en los másteres de Educación. La novedad de estos reales decreto es su mayor carga ideológica.
La organización del decreto y su progresividad
Hay un decreto de ESO y otro de Bachillerato y ambos tienen las mismas competencias específicas asociadas a los mismos saberes y prácticamente repiten con escasas novedades los mismos criterios de evaluación. Es lo que los autores del currículo llaman “progresividad”. Eso nos facilita la tarea como opositores pues es más sencillo su aprendizaje, aunque no sea muestra de mucha imaginación por parte de quienes han cobrado grandes cantidades de dinero por realizar este trabajo. Y es que hay numerosos párrafos que son “copia y pega” entre el de ESO y Bachillerato o incluso en el del propio Bachillerato en sus dos cursos. En ocasiones, se llega a situaciones verdaderamente curiosas como, por ejemplo, que en el apartado de saberes básicos de Lengua, la única diferencia entre el decreto de secundaria y el de Bachillerato sea que el decreto de secundaria dice “El estudio sistemático de la lengua, Para que sea útil…” y el de Bachillerato reza: “Para que el estudio sistemático de la lengua sea útil,.”. Las otras setecientas u ochocientas palabras del apartado son idénticas. Esto es así en muchos casos. Da la sensación de que los pedagogos no esperan que nadie los lea.
Un currículo constructivista
Los decretos reafirman la apuesta constructivista que domina la educación española desde la LOGSE. El alumno es quien debe alcanzar el aprendizaje a través de sus procesos interiores. Así, el currículo de Bachillerato indica en el bloque D (“Reflexión sobre la lengua”) como saber básico esencial la “Elaboración de conclusiones propias sobre el funcionamiento del sistema lingüístico a partir de la observación…”. Es decir, el alumno debe elaborar sus propias conclusiones sobre por qué las palabras llanas acabadas en -s no tienen tilde (cosa que no saben ni muchos profesores), tras observarlas en el funcionamiento de la lengua. Este enfoque constructivista aparece por doquier en el currículo. Muchos docentes no están a favor, ni lo han estado nunca, de este enfoque y formarán parte de los tribunales, así que mucha atención a esto.
Un currículo politizado
Por otro lado, tampoco estará todo el profesorado de acuerdo con que en clase de Lengua Castellana y Literatura se deba perseguir que los alumnos se capaciten “para tomar la palabra en el ejercicio una ciudadanía activa y comprometida en la construcción de sociedades más equitativas, más democráticas y más responsables en relación a los grandes desafíos que como humanidad tenemos planteados: la sostenibilidad del planeta, la erradicación de las diferentes violencias (incluida la violencia de género) y de las crecientes desigualdades, etc.” Se insiste también en el currículo en que en literatura se debe incorporar “Lectura con perspectiva de género”. Yo me he interesado en ella y he encontrado que esto consiste en “crear un punto de resistencia a la opresión genérica como a otras opresiones y/o discriminaciones.”
Idealización del alumnado
Otro de los rasgos de este currículo es que prosigue el camino en marcha desde hace treinta años de idealizar al alumnado. Al leer cualquiera de sus competencias específicas podemos observar que los objetivos que se marca la ley son muy ambiciosos hasta el punto de dibujar virtudes que son prácticamente inalcanzables para la mayoría de los seres humanos. Resulta verdaderamente sobrecogedor contrastar estos elevados ideales con la realidad pedestre y precaria que luego vemos en las juntas de evaluación de 2º de Bachillerato y cómo aprueban esos alumnos.
Un alumno podrá acabar el Bachillerato sin saber quien es Cervantes
Quizá el rasgo más significativo del currículo de ESO e incluso del de Bachillerato es que abandona el estudio de la historia de la literatura. El decreto reza: “No se trata de acometer una historia de la literatura de pretensiones enciclopédicas, sino de seleccionar un número reducido de obras que serán objeto de lectura guiada y compartida en el aula.” Hay pues, total libertad en el docente para decidir cuántas son un número reducido de obras (¿tres?, ¿ocho?, ¿veinte?) y cuáles son (¿El Lazarillo?,¿El Quijote?, ¿La hermandad de la Sábana Santa? ¿Ildefonso Falcones? ¿Sangiago Posteguillo? ¿Harry Potter? ¿Cincuenta sombras de Grey?) . Aunque parezca mentira, un alumno puede terminar perfectamente el Bachillerato sin saber quién es Cervantes si el profesor no lo incluye en el llamado “itinerario formativo de progreso”. Alguien dirá que esto es imposible. Y la respuesta es que es perfectamente posible. Las leyes no se hacen para los buenos profesores, sino para que los malos no tengan resquicio legal de igual manera que la ley que pena el asesinato no se hace contra la mayor parte de la población, sino contra los malvados. Esto nos da como opositores una enorme libertad para hacer una programación preciosa y deberemos utilizarlo, pero supone en la práctica la mayor desigualdad que se ha visto en la historia de la educación en España, pues obviamente en los centros de un nivel sociocultural más alto las lecturas serán de un tipo y en los de las capas más desfavorecidas serán otras, con el consiguiente fraude a los buenos alumnos de estos centros.
La enseñanza de la oración compuesta queda para el Bachillerato
En lo que se refiere al bloque de “Conocimiento de la lengua”, lo más llamativo es que los alumnos acabarán la ESO sin ver la oración compuesta. Es decir, un alumno concluirá su enseñanza obligatoria sin saber lo que es una oración causal. Esta es la aportación del currículo a la historia de la enseñanza española.
Esperar los decretos autonómicos
Ahora se trata de esperar la publicación de los decretos autonómicos, que pueden complementar estos reales decretos y son los que servirán de base para nuestro trabajo. Una vez tengamos estos decretos podremos ponernos manos a la obra. Y esto no va a dilatarse mucho, pues durante el curso 2022-2023 se implantarán en los cursos impares de ESO y Bachilletaro. Habrá que estar muy atentos durante las próximas semanas y leerlos con atención como material base de nuestro trabajo. Esto es especialmente importante porque las comunidades del PP han anunciado importantes adiciones e incluso han recurrido los decretos ante el Tribunal Constitucional.
¿Cómo encarar nuestra tarea?
Esta legislación no va a resultar del agrado de gran parte del profesorado. Y esto no solo por razones políticas, sino, sobre todo, porque el enfoque que plantea de nuestra asignatura está alejado de la concepción de gran parte del profesorado. Esto quiere decir que debemos enfocar nuestra tarea con gran equilibrio. Por otra parte, la legislación nos concede una enorme libertad a la hora de programar y eso quiere decir que la programación puede ser muy original y convertirse en un verdadero reto creativo. Es por tanto, una gran oportunidad para resultar brillantes e impactar en el tribunal seleccionando buenas lecturas y haciendo un enfoque que aúne los enfoques constructivistas que plantea la ley con la eficacia. Ese es el reto que vamos a conseguir, como siempre, con nuestros cursos.
Saludos y ánimo.