Hoy es lunes 3 de octubre y comienza un mes muy importante en las oposiciones, pues es aquel en el que ya hay que poner la marcha directa y eso a veces provoca tensiones al tener que ajustar el esfuerzo del estudio y engranarlo con el resto de nuestras obligaciones laborales y familiares. Nosotros comenzamos la semana, como siempre, con la solución de nuestro reto divertido y útil, el ¡Ponte a prueba!, con el que queremos ser una piedra de toque para esas valientes y nobles personas que se atreven a aventurarse en la preparación de la temida prueba de comentario de las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura.
Nuevamente hemos tenido una semana de alta participación y además de enorme éxito. Creo que es la primera vez en la historia del acertijo que todas las personas participantes reconocen el texto del que se trataba. Y así, con variados y acertados razonamientos, la nómina de acertantes de esta semana incluye a Natalia de la Iglesia, José Manuel Serrano Valero, Verónica Prezioso, Adrián Gómez Acosta o Mamen Moreno, Eva López Santuy, Álvaro Lag y María Rodríguez. ¡Enhorabuena a todos ellos y ojalá que el día D tengan la misma fortuna!
Y es que, efectivamente, se trataba de las estrofas 654-659 del Libro de buen amor (cc. 1330) de Juan Ruiz, arcipreste de Hita (¿1290-1350?), que forman parte de la supuesta autobiografía erótica a través de la relación amorosa entre don Melón y doña Endrina. Este reto nos permite extraer varias conclusiones interesantes. La primera es que es un texto que hay que dominar pues ha aparecido muchísimas veces en las oposiciones (la última vez en la última convocatoria) ya que da juego en el aspecto literario y filológico. Por otro lado, como hemos visto, ha habido unanimidad y eso quiere decir que si aparece en las oposiciones, lo reconocerá muchísima gente por lo que es importante dominar los apartados que lo integran de tal forma que podamos indicarlo y así diferenciarnos de nuestros contendientes.
Y nada más por hoy. Feliz semana de estudio. Saludos y ánimo.
Pero tal lugar non era para fablar en amores,
a mí luego me vinieron muchos miedos e temblores,
los mis pies e las mis manos non eran de sí señores,
perdí seso, perdí fuerza, mudáronse mis colores.
Unas palabras tenía pensadas para le desir,
el miedo de las compañas me fasíen al departir,
apenas me conosçía nin sabía por dó ir,
con mi voluntat mis dichos non se podían seguir.
Fablar con muger en plaça es cosa muy descobierta,
a veses mal perro anda tras mala puerta abierta,
bueno es jugar fermoso, echar alguna cobierta,
a do es lugar seguro es bien fablar cosa çierta.
«Señora, la mi sobrina que en Toledo seía
»se vos encomienda mucho, mil saludes vos envía:
»si avies’ lugar e tiempo por quanto de vos oía,
»deseavos mucho ver, et conoçer vos querría.
»Querían allá mis parientes casarme en esta saçón
»con una donçella rica, fija de don Pepión,
»a todos di por respuesta que la non quería, non,
»de aquella sería mi cuerpo que tiene mi coraçón.»
Abajé más la palabra, díxel’ que en juego fablava,
porque toda aquella gente de la plasa nos mirava,
desde vi que eran idos, que omen aí non fincava,
començel’ desir mi quejura del amor que me afincava.