¡Ponte a prueba! 12/2023 

¡Ponte a prueba! 12/2023 

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Es el primer viernes de diciembre y nosotros acabamos una semana de estudio en la que hemos realizado un video de unos cincuenta minutos sobre cómo compatibilizar trabajo, familia y relaciones afectivas con las oposiciones. Un tema crucial para poderse organizar la vida y optimizar nuestro tiempo para la preparación. Estamos haciendo una serie de videos motivacionales e incluyéndolos en nuestro Curso de Estudio Opohispania y estamos bastante satisfechos con el resultado. Así que terminamos también una semana más de duro trabajo. Llega el día de repaso y de descanso para casi todos los opositores y nosotros, como siempre desde hace seis años, intentamos ofrecer un amable y útil pasatiempo que sirva de piedra de toque a las esforzadas y nobles personas que preparan la prueba del comentario de texto de las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura.

Hoy traemos un texto interesante porque es de aquellos que contiene muchos rasgos filológicos interesantes de valorar y además permite comentar época, género y movimiento literario sin necesidad de identificar obra y autoría, por lo que resulta interesante para comprobar nuestro dominio de ambos aspectos. Esto es suficiente, como siempre decimos, para organizar un buen comentario. Por otro lado, podemos valorar nuestro dominio del temario, pues es una obra que aparece en un tema muy concreto del mismo. Si, además, incluso reconocemos la obra y podemos situar el fragmento, pues ya hacemos pleno. El reto consiste, por tanto, en identificar el texto y relacionarlo con los elementos señalados más arriba.

Como siempre, puedes participar escribiendo comentarios en la página de Facebook de opolengua.com (no en la mía personal) hasta el domingo por la noche. Nosotros daremos el lunes la solución del reto y la lista de acertantes.

Dicié: «Aï, ¡mesquino! si non camio logar,
lo que yo non querría avrélo a cempellar;
el lino cabel fuego malo es de guardar,
suelen grandes periglos de tal cosa manar.

Si yo peco en otre, de Dios seré reptado,
si en mí pecar’ otre temo seré culpado;
más me vale buscar logar más apartado,
mejor me será esso que bevir en poblado.

Los que a Dios quisieron dar natural servicio,
por amor que podiessen guardarse de tot vicio,
essa vida ficieron la que yo fer cobdicio,
si guardarme quisiere el Don que dixo: ‘Sicio’.

En los primeros tiempos nuestros antecessores,
que de Sancta Eglesia fueron cimentadores,
de tal vida quisieron facerse sofridores,
sufrieron sed e famne, eladas e ardores.

Sant Johan el Babtista, luego en su niñez,
ab-renuncïó el vino, sizra, carne e pez;
fuyó a los desiertos onde ganó tal prez
cual non dizrié nul omne nin alto nin refez.

Antonio el buen padre e Paulo su calaño,
el que fue, como dicen, primero ermitaño,
visquieron en el yermo, un desierto estraño,
non comiendo pan bueno nin vistiendo buen paño.

María, egipciaca, pecadriz sin mesura,
moró mucho en yermo, logar de grand pavura;
redimió sus pecados sufriendo vida dura,
qui vive en tal vida es de buena ventura.

El confessor precioso, que es nuestro vecino,
san Millán el caboso, de los pobres padrino,
andando por los yermos y abrió el camino,
por ond subió al Cielo do non entra merino.

El su maestro bueno, san Felices clamado,
qui yacié en Billivio en la cueva cerrado,
fo ermitaño vero, en bondad acabado,
el maestro fue bueno e nudrió buen criado.

Esos fueron sin dubda omnes bien acordados,
qui por salvar las almas dejaron los poblados;
visquieron por los yermos mezquinos e lazrados,
por ent facen virtudes onde son adorados.

Muchos foron los padres que ficieron tal vida,
yace en Vitas Patrum d’ellos una partida;
toda gloria del mundo avienla aborrida
por ganar en los Cielos alegría complida.

El Salvador del mundo, que por nos carne priso,
de que fo bateado, cuando ayunar quiso,
por a nos dar enxiemplo al desierto se miso,
ende salió el demon, mas fo ent mal repiso.

Los monges de Egipto, compañas beneditas,
por quebrantar sus carnes faciense heremitas;
tenién las voluntades en coraçón más fitas,
fueron de tales omnes muchas cartas escriptas.

Yo pecador mesquino, en poblado, ¿qué fago?
Bien como e bien bevo, bien visto e bien yago;
de bevir en tal guisa sabe Dios non me pago,
ca trae esta vida un astroso falago.»

El sacerdot precioso, en qui todos fiavan,
desamparó a Cañas do mucho lo amavan,
parientes e amigos que mucho li costavan,
alçose a los yermos do omnes non moraban.

Cuando se vio solo del pueblo apartado,
folgó como si fuesse de fiebre terminado;
rendié gracias a Cristo que lo avié guiado,
non tenié, bien sepades, pora cena pescado.

El hermitaño nuevo diose a grand lazerio,
faciendo muchas prieces, reçando su salterio,
diciendo bien sus oras, todo su ministerio,
dávalis a las carnes poco de refrigerio.