Las plantillas de evaluación han existido de toda la vida
Desde hace muchísimos años se han hecho plantillas de evaluación. Muchos profesores, yo entre ellos, ya las hacíamos en los años noventa del siglo pasado en los casos en que nos resultaban útiles y estoy seguro de que, antes que nosotros, ya las hacían otros profesores. En las propias oposiciones, los tribunales ya hace muchos años que las usan para corregir los diferentes ejercicios. Y en nuestros cursos de oposiciones, las empleamos desde que creamos Opolengua y Opohispania.
Y ahora, la nueva pedagogía nos trae las rúbricas de evaluación
Pero resulta que ahora, los pedagogos moralistas, cuyo principal trabajo es traducir mal del inglés lo que escriben sus padres, los pedagogos moralistas anglosajones, han decidido convertir en una exigencia usar estas plantillas para todo. Y, como suele ocurrir cuando tratamos con estos pedantes, papanatas y cursis, han comenzado por cambiar los nombres de las cosas para dar la impresión de que las han inventado ellos y tienen el monopolio del saber. Han inventado el Mediterráneo y debemos quitarnos el sombrero y arrodillarnos ante ellos. Así que ahora que las han bautizado como rúbricas (que en español quiere decir “firma”, según el Diccionario de la RAE) a las plantillas de evaluación de toda la vida, quieren que las llamemos así. Pues bien, este artículo trata justamente de cómo realizamos en Opohispania las plantillas de evaluación.
Hay diferentes maneras correctas de hacer rúbricas de evaluación
Lo primero que debemos señalar es que hay diferentes maneras de realizar las plantillas de evaluación. Yo suelo emplear dos de ellas, que para mí son las más sencillas de realizar y las más adecuadas. No son las mejores, quizá; pero sí son las que a mí me han servido mejor durante treinta años para hacer mi trabajo tanto en mi instituto como en mi labor como preparador de oposiciones. La primera manera es partir de los criterios de evaluación oficiales (que es la que explico en el video que viene debajo) y la otra es partir del propio instrumento de evaluación (del comentario de texto, trabajo, exposición oral, etc.).
¿Cómo debe ser una rúbrica de evaluación?
Una buena plantilla de evaluación tiene que cumplir las siguientes normas:
- Ser clara y precisa en su redacción, de forma que nosotros y nuestros alumnos sepamos exactamente qué es lo que consideramos óptimo, bueno, correcto o incorrecto. Para ello será preciso saber exactamente qué es lo que estamos evaluando y en qué niveles de desempeño concretos se divide.
- Ser eficaz en su funcionamiento; es decir, debe permitirnos evaluar rápidamente y sin generarnos dudas. Por ello, es muy importante que no contenga excesivas filas.
- Ser equilibrada y justa en sus diferentes niveles de desempeño. Este quizá es el apartado más difícil.
Todos estos rasgos contribuirán a facilitarnos la evaluación y nos evitarán conflictos con el alumnado.
¿Cómo no debe ser una plantilla de evaluación?
Por razones profesionales, como preparador de oposiciones, yo corrijo muchísimas rúbricas, pues nuestro Cursos de programación didáctica y nuestro Cursos Unidad 2023 (que integra tanto unidades didácticas como situaciones de aprendizaje) incluyen modelos de rúbricas así como la corrección de las realizadas por los opositores. Desde esta experiencia, podemos decir qué errores debemos evitar al realizar nuestras rúbricas.
- La imprecisión; es decir, construir la rúbrica sin descomponer sus elementos y redactarla en términos graduales e indefinidos (siempre a menudo, a veces, bastante, poco…) Esto no sirve para evaluar y genera muchísimos conflictos con los alumnos.
- La aceptación de lo inaceptable. Un error muy extendido es poner en la columna de lo adecuado, suficiente o aprobado, logros claramente insuficientes. Por ejemplo, “el alumno escribe con faltas de ortografía”, “el alumno no se expresa con suficiente claridad”, “el alumno comete errores de comprensión…” ¿Cómo va a ser eso un aprobado? ¿Ese es el modelo social al que aspiramos? ¿Una sociedad en la que se acepta lo que está mal hecho? Jamás puede estar bien un alumno que no ha alcanzado el objetivo mínimo de comprender y expresarse correctamente o saber los elementos centrales de la literatura. El alumno que no alcanza ese nivel debe estar en la columna de los insuficientes, porque su rendimiento es insuficiente y eso lo debe saber él y su familia.
¿Cómo es el video que planteamos?
Este es un sencillo video que está integrado en nuestro Curso de Programación Didáctica y Curso Unidad 2023 en el que desarrollamos estas ideas y construimos una rúbrica a partir del currículo de la LOMLOE, más en concreto, la rúbrica relacionada con el criterio 5.2 (expresión escrita) de. Lengua Castellana y Literatura, que está integrada entre los materiales que conforman nuestros Curso de Programación Didáctica y Unidad 2023. Aunque es de Lengua, creemos que sus enseñanzas son fácilmente extrapolables a otras áreas.
Tranquilidad y buenos alimentos
Así pues, como decía mi madre, afrontemos la creación de nuestras plantillas de evaluación con serenidad y las ideas claras. Mucho ánimo y ¡a por la plaza!
Saludos y ánimo.