¿Por qué el buen opositor debe amar la prueba del comentario? 

¿Por qué el buen opositor debe amar la prueba del comentario? 

Foto de Andrea Zignin en Unsplash

Recibimos correos muy a menudo de opositores que se interesan por nuestros cursos de comentario o que ya los están cursando mostrándonos su temor a la prueba del comentario; es decir, mostrando sus temores e inseguridades ante la misma. Creo que es un tema fundamental y por ello le vamos a dedicar dos entradas. En esta primera vamos a tratar de por qué esta prueba es tan importante y por qué debemos amarla.

El comentario de texto es la prueba decisiva de las oposiciones

Como sabemos, según el RD 276/2007, vigente para las oposiciones de vía 3, la primera prueba de las oposiciones consta de dos apartados: el desarrollo de un tema y un ejercicio práctico que “consistirá en la realización por escrito de un ejercicio práctico que permita comprobar que el personal aspirante posee la formación científica y el dominio de las habilidades técnicas correspondientes a la especialidad a la que opta. Esta parte se valorará de 0 a 10 puntos.” Además, a esto hay que añadir que en el reparto de puntos entre la prueba del comentario y la del tema, puede estar en un 50% para cada una, como ocurre en Andalucía, pero puede llegar a ser un reparto diferente, dando al comentario un peso del 70%, tal y como ocurre en Madrid.

El comentario de texto es la prueba del algodón y por eso tiene enemigos

Esta prueba tradicionalmente fue un comentario filológico-literario y otro lingüístico pues es la que mejor diferencia, como verdadero banco de pruebas, que opositor lee mejor, escribe mejor y muestra los conocimientos que tiene. Y precisamente por esto, esta prueba no se debe quitar jamás de las oposiciones. Quienes abogan por quitarla, los pedagogos moralistas, los sindicatos y los políticos, lo hacen conscientemente, para que cualquier persona, aunque no sepa nada de literatura, filología o lengua, pueda ser profesor. Y en algunas comunidades (no por casualidad las que tienen más interés en convertir el sistema de enseñanza pública en un instrumento político), ha sido sustituida por el llamado “supuesto práctico” que persigue evidenciar la capacidad del opositor de dominar la jerga pedagógica, conocer las leyes y manifestar su adhesión a las doctrinas políticas. 

La prueba del comentario es la aplicación práctica de la memoria.

Como todos sabemos, el temario se puede memorizar y, ojo, esa memorización es imprescindible para ser un buen profesor. Todas estas tonterías acerca de que la memoria no es importante no son más que eso, sandeces dictadas por los pedagogos moralistas que, como fueron y son incapaces de memorizar (que es una de las potencias del alma que decía Aristóteles) se consuelan a sí mismos y nos martirizan a quienes sí tenemos memoria diciendo que nuestra capacidad de recordar cosas es irrelevante. Imaginemos un electricista que no se sepa de memoria de que color son los cables de tierra o un capitán de barco que olvide las señales marinas. No se puede trabajar sin memoria.  Pero el comentario es la prueba en la que, partiendo de nuestra memoria del temario y de nuestras lecturas, aplicamos estos conocimientos a un texto concreto, demostrando que realmente sabemos de filología (conocemos la historia de nuestra lengua), de literatura (mostramos nuestra comprensión textual y nuestra competencia literaria y somos capaces de evidenciar los rasgos literarios propios de un autor, un periodo  o un movimiento) y de lengua (mostrando nuestra comprensión textual y los rasgos lingüísticos que un texto muestra en todos sus niveles en relación con su contenido). Justamente es esto lo que tenemos que enseñar a hacer a nuestros alumnos. 

La prueba del comentario evidencia la capacidad expresiva del opositor

Además, al realizar el comentario podemos tener un par de párrafos previstos (por ejemplo, en la introducción), aunque no es lo mejor porque el tribunal se va a dar cuenta, pero la mayor parte del comentario debe ser redactado en muy poco espacio de tiempo, con lo que el tribunal va a poder diferenciar qué opositores escriben mejor. Y quien escribe mejor es siempre quien piensa mejor, porque como sabemos (tema 3) lenguaje y pensamiento están íntimamente relacionados.

La prueba del comentario en las oposiciones es la gran barrera a superar

Y precisamente por ser la prueba más difícil de las oposiciones es la que establece la gran criba de las oposiciones, pues hay ocasiones en que el porcentaje de aprobados en esta prueba está por debajo del 15%. Esta es la razón por la que los sindicatos quieren apartarla y los opositores la temen. Esta es también la razón por la que los buenos opositores deben amarla, porque es la prueba que les va a permitir obtener su plaza marcando diferencias con los que no dominan los temas, no tienen competencia literaria, no son capaces de relacionar los rasgos lingüísticos de un texto con su contenido o no son capaces de expresarse en un español elegante, fluido y armónico evitando, obviamente, incorrecciones gramaticales y ortográficas. Querer obtener la plaza sin saber hacer buenos comentarios de texto significa que queremos ser profesores sin mostrar nuestro dominio sobre nuestra materia y, por ello, que los alumnos, nuestros hijos pueden tener malos profesores, que quien paga sus impuestos religiosamente debe sufragar los sueldos de personas sin cualificar y, al final, que la sociedad debe soportar a quienes alcanzan la plaza en vez de emplearlos para el bien común. 

La clave está en preparar la prueba del comentario y prepararla bien

Pero hay un porcentaje de opositores que sí supera esta criba cada año y, gracias a ello, pasa a la segunda fase casi rozando la plaza. La clave, por tanto, está en conseguir estar entre ese grupo de elegidos, en merecer estar ahí. Y no te quepa duda de que eso es perfectamente posible con solo cuatro virtudes: tener un suficiente número de otras leídas, tener memoria para saberse los temas, saber leer bien en español y saber escribir en un español correcto y armónico. Si tienes esas cuatro cosas, estás de enhorabuena y, si no las tienes, ya sabes lo que has de mejorar para alcanzar el éxito. 

Buscar una buena preparación es decisivo

A navegar se enseña navegando y puede enseñar mejor quien ha navegado mucho y bien. La navegación requiere una técnica que debe ser adaptada a cada circunstancia. El comentario de oposiciones requiere también una técnica específica que lo diferencia del resto de comentarios. Esta técnica no se puede aprender en libros de comentario, sino en cursos específicos. Yo solo hice dos comentarios en la carrera. Todo lo que sé de comentario lo aprendí en las oposiciones. Comencé a preparar comentarios de oposiciones en 1993 y siempre fui una de las notas más altas o la más alta de mi tribunal en las siete veces en que me presenté a las oposiciones entre 1993 y 1998. Desde entonces amo la prueba del comentario. Me encanta hacerlos y corregirlos. Y gracias a este placer, desde entonces he preparado con éxito a centenares de opositores para brillar en esta prueba. Justo de esto es de lo que hablaremos la próxima semana. Hasta entonces.

Saludos y ánimo.