¿Y si he suspendido el ejercicio de las oposiciones?

¿Y si he suspendido el ejercicio de las oposiciones?

Atardecer en Rota por Eduardo L. Prieto

Van saliendo las calificaciones de diferentes comunidades y se repite la situación de otros años. Unas cuantas personas, privilegiadas, aprueban y pasan a la siguiente fase, incluso con una nota que les permite atisbar la plaza. Unas cuantas las hemos preparado nosotros. Enhorabuena. Para estas personas se mantiene la ilusión y la tensión. Tenemos claro que hay que hacer: ¡apretar hasta obtener la plaza! Pero hay muchas otras personas (siempre más que las que aprueban) que han recibido un jarro de agua fría. ¿Qué hacer? De esto trata esta entrada. Yo viví esta situación en mis propias carnes en seis ocasiones. Como preparador la he vivido muchas más veces, por supuesto.

Hemos suspendido el ejercicio de oposiciones

Acudimos al tribunal. O leemos las notas por internet. Y algo se quiebra dentro de nosotros. No hemos sacado la nota que nos permitirá obtener la plaza. O peor aún: Hemos suspendido… Miramos las calificaciones varias veces para asegurarnos. El mundo se nos cae encima. Una especie de sudor frío nos recorre la columna vertebral y los pies parecen pegados al suelo y a la vez las piernas parecen flaquear…. La tierra parece que se va a abrir. Todo se hunde. Han sido tantísimas horas, tantísimos sacrificios y tantísimas ilusiones… ¿Y para esto? 

Ira, impotencia y dolor ante el resultado en las oposiciones

Es muy común que el primer sentimiento que nos embargue sea el de la ira. Nuestro tema no estaba mal. Lo hemos desarrollado correctamente en sus diferentes apartados. ¿Cómo nos han calificado tan bajo? No puede ser. Es injusto. Tras este sentimiento acude la impotencia: ya no podemos hacer nada. La nota está ahí y no podemos resarcirnos hasta la siguiente convocatoria. En mi caso, ese era el sentimiento más frustrante. Lo viví en varias ocasiones, pero sobre todo en 1994, cuando tras hacer un buen ejercicio filológico literario, me suspendieron y en 1998 en Madrid, cuando el tribunal nos evaluó sin conocer el temario (confundieron el tema 26 con el 37). Es terrible. No poder hacer… nada. El tribunal ya ha decidido y no hay nada más que hacer. Y finalmente, tras la ira y la impotencia, que son más pasajeras, queda el dolor, que nos acompañará durante más tiempo. Se irá atenuando, pero durará más. Todo es triste. Incluso algunas personas caen en la desesperación y abandonan la preparación y, luego, las oposiciones. 

La importancia del entorno

Es el momento de sentir el calor de los nuestros. Son quienes han visto nuestros enormes sacrificios y van a comprender perfectamente nuestra frustración y nuestra ira. Son nuestro apoyo y nuestro sostén. Y lo van a seguir siendo en el futuro. Si es preciso pedir su ayuda, hagámoslo sin ambages. Tenemos derecho. Acerquémonos a ellos y comparamos nuestro estado de ánimo. Formamos un equipo. Estrechemos lazos. Hagamos piña.

¿Es eficaz la reclamación?

Tras el primer golpe, en la actualidad nos planteamos la reclamación, algo que hace años era imposible. Te pasabas a hablar con el tribunal y te contestaban generalidades que no servían para mucho… Yo en aquel año de 1998 incluso discutí con el tribunal, pues era obvio que había actuado de forma equivocada. No sirvió de nada. Hoy podemos rellenar una instancia que tampoco nos aclara mucho y que, por norma general, sirve de poco, salvo para poder desahogar nuestra frustración. En todo caso, si es posible hacerla y, sobre todo, hablar con el tribunal, hay que intentarlo. 

La mayor parte de las personas que se presentan a las oposiciones suspende  

Lo cierto es que la inmensa mayoría de las personas que concurren al proceso selectivo no alcanza la plaza. Si hay cincuenta plazas y se presentan tres mil personas, dos mil novecientas cincuenta no van a alcanzar su objetivo. No puede ser de otra manera. Esto es algo con lo que contamos desde el principio, pero es en estos momentos cuando se da con su mayor crudeza. 

¿Por qué han aprobado tan pocas personas este año?

Recibimos noticias de los tribunales y hay tasas de aprobados muy inferiores a las de años anteriores. ¿Por qué? Pues porque hay muchas menos plazas que en 2021.  Las plantillas de corrección de los tribunales son muy extensas y, si se aplican a rajatabla, complican mucho el aprobado, ya que pueden albergar treinta o cuarenta aspectos valorados a 0,25. Es casi imposible señalar todos esos rasgos. Y luego están las restas por lapsus ortográficos o gramaticales. Estos aspectos combinados entre sí explican la tasa de suspensos de este año. Cuando ha habido convocatorias restrictivas ha sido común que apruebe el primer ejercicio menos del 10% de los presentados. Esto se ha repetido en estas oposiciones.

Lo primero es descansar y desconectar

Ahora lo primero es descansar todo lo que podamos. Nuestro organismo ha estado sometido a una presión enorme. Hemos hecho sacrificios hercúleos y hemos sufrido grandes tensiones. Estábamos deseando descansar. Nuestro organismo nos lo pedía. Hagámoslo ya y de la manera que más nos apetezca. Salir, tumbarse al sol, viajar, leer, ir al cine… Descansar y desconectar es el objetivo. 

Reflexionar sobre lo que es posible aprender

Y cuando ya nos sintamos descansados, llega el momento de la reflexión. ¿Qué lecciones podemos extraer del proceso? ¿Qué fue lo que hicimos bien? ¿Qué aspectos son mejorables? ¿Qué hemos aprendido? Estas son las preguntas fundamentales que debemos contestarnos. Y otra pregunta fundamental: sabemos que las oposiciones son una carrera de fondo, una travesía a largo plazo… ¿Vamos a seguir en la pelea? ¿Cómo?

Levantarse y encarar un nuevo ciclo vital: ¡A por la plaza!

Las oposiciones son siempre una sucesión de pequeñas victorias sobre el oleaje. Cada vez que dominamos un tema, o aprendemos algo sobre el comentario, o leemos y comprendemos la importancia de un libro, hemos cosechado una pequeña victoria y debemos celebrarla como tal. Pero a estas batallas ganadas, les siguen pequeñas y grandes golpes de mar de los que hay que levantarse en muchísimas ocasiones para alcanzar hasta la victoria final. Hacemos un comentario y nos lo corrigen y nos damos cuenta de nuestros fallos, o nos cuestan aspectos de la programación o nos dicen en las correcciones elementos que debemos mejorar de nuestros temas. Son pequeñas olas que nos hacen naufragar o nos deben fortalecer al remontarlas. Nos tenemos que levantar muchas veces para seguir. Y luego llega el día D y es decisivo porque un resultado negativo nos cuesta otros dos años de estudio y sacrificio. Es una severa caída, traumática. Pero nos tenemos que levantar. Y seguir. La dificultad de la oposición consiste precisamente en esto: hay muchísimas ocasiones en las que nos tenemos que levantar y sobreponer a la frustración. Y algunas personas, en estas caídas, ya no se levantan y naufragan y del abanico de personas que comenzaron en 2021 a preparar 2023 una gran parte, ya no preparará para 2024 o 2025. Este es el ciclo de las oposiciones. 

Vamos a persistir hasta alcanzar la plaza

Pero en esta hora del dolor, hay personas que ya saben que van a persistir. Persistir hasta vencer. Yo sufrí mi más duro golpe en 1996, cuando me quedé a 0,011 de la plaza. Fue difícil levantarse. Pero yo sabía que iba a persistir desde el primer momento. Y en 1998, obtuve por fin la plaza. Sin esos dos años más de esfuerzo y crecimiento personal no sería quien soy, He visto este mismo proceso en muchos otros opositores que alcanzaron su plaza justo en la siguiente convocatoria y otros que han tardado incluso más tiempo. Todos reunían una característica: la persistencia. Esa es la gran clave de las oposiciones. Hay que seguir levantándose y esforzándonos. Esto solo ha sido un paréntesis. Tú lo vas a hacer y vas a conseguir tu plaza. Hoy comienza el nuevo ciclo que te conducirá al triunfo. Mucho ánimo. Un fuerte abrazo.