Pues ayer salieron los tribunales de oposiciones andaluces. Y en estos días, lógicamente, sale la composición de los miembros de los tribunales de oposición en todas las comunidades convocantes. Creo que es un buen momento para explicar cómo funciona sobre el papel un tribunal y cómo actúa en la práctica. Y también para saber cómo debemos actuar nosotros como opositores en ese proceso, para obtener el máximo rendimiento de nuestros temas y comentarios y también, cómo defender nuestros intereses evitando que se produzca la posible corrupción dentro del tribunal. Como me ha salido al final un artículo muy largo, lo haré en dos partes. Una dedicada a los presidentes y otra a los vocales.
¿Qué dice el Decreto de Acceso de las oposiciones?
Como marca el Real Decreto de Acceso 276/2007, el tribunal está compuesto al menos por cinco funcionarios de carrera (esto es lo normal pero pueden ser más, siempre impares). El presidente es siempre elegido por la Administración. Los cuatro vocales se eligen por sorteo aunque el articulado reconoce a las comunidades convocantes la potestad de abrir un plazo para que quienes lo deseen se puedan presentar como voluntarios. Por tanto, al puntuar cada ejercicio se tienen en consideración cinco notas. Pero hay que recordar que si hay más de dos puntos de separación entre la nota más alta y la más baja de las dadas por los cinco miembros, estas dos notas se eliminan y se hace media entre las otras tres.
¿Cómo se elige a los presidentes de tribunales de oposición?
Y llega la primera cuestión a comentar. ¿Cómo elige la Administración a esos presidentes? Pues por diversos medios. Es imprescindible para ser elegido ser conocido o por los cargos políticos o por los inspectores. Esta segunda vía es la más usual y así los directores y cargos directivos de los IES, las personas cercanas a los partidos gobernantes en cada comunidad y los colaboradores con los centros de profesores parten con ventaja pues son esas personas conocidas por quienes deben designarles.
¿Cómo funciona un tribunal de oposiciones?
La función de estas personas es fundamental pues son quienes van a marcar el estilo del tribunal de oposiciones. ¿Por qué? Pues porque la mayor parte de los funcionarios que van por sorteo no tienen ganas de estar allí, de perder vacaciones y además tener la responsabilidad de decidir quién tiene trabajo y quién no. En esa medida los presidentes se encuentran con personas temerosas, inexpertas en los tribunales e incluso en muchos casos sin conocimientos sobre los temas o comentarios que tienen que corregir (recordemos que la mayor parte del profesorado no ha obtenido una plaza en una oposición con ejercicios prácticos y no se sabe todo el temario). Todo esto hace que los vocales del tribunal suelan ser muy permeables al estilo y la dirección del presidente. Esa autoridad legal se ve reforzada por la autoridad moral: esto es, si en el trascurso de las deliberaciones o por su currículo los miembros de un tribunal se dan cuenta de que uno de ellos tiene conocimientos mayores, tenderán a seguir sus indicaciones de forma consciente o inconsciente. Esto lógicamente también tendrá que ver con lo asertiva que sea esa persona más sabia. Aunque en un tribunal estuviera don Francisco Marcos Marín, si Marcos Marín se calla y no es asertivo, nadie se dará cuenta de que es el que realmente sabe. Pero si actúa con asertividad, lo lógico es que el resto del tribunal escuche respetuosamente sus indicaciones y muy probablemente actúe en consecuencia.
Mi viejo amigo, ya fallecido, Jesus Felipe Martínez Sánchez, me contó que cuando fue miembro de un tribunal, pronto el resto del tribunal se daba cuenta de que era el miembro con mayores conocimientos sobre lengua y literatura española. El resultado era que por norma general acababan esperando a que él calificara el ejercicio antes de poner su propia nota. Y si el ponía un 7, pues los demás ponían un 7,3 o un 6,8 pero nunca un 10 o un 8 o un 5. Creo que esta idea es lo suficientemente significativa. Esta persona de autoridad no necesariamente ha de ser el presidente pues puede que un vocal tenga una personalidad muy fuerte o por sorteo se haya elegido a alguien con un gran currículo. De hecho, yo ya conté como en mi último año de oposiciones en Madrid, pasó eso en mi tribunal. Pero no es lo habitual.
¿Qué podemos hacer como opositores?
Por tanto, lo primero que hay que hacer, una vez que vemos nuestro tribunal es informarnos muy detalladamente de quién es esa persona que ejerce como presidente. ¿Cómo hacerlo? Sencillo. Google. Y ahí veremos si le gusta más la lengua o la literatura, si es defensor o estudioso del lenguaje bajo una perspectiva de género o es miembro de algún partido político. Todas esas informaciones son valiosísimas y deberemos actuar en consecuencia. Sería absurdo realizar un tema con elementos conflictivos, como la literatura de posguerra por ejemplo, sin tener en cuenta la ideología política del tribunal.
Y aquí dejamos hoy la entrada sobre los presidentes. La próxima entrada, sobre los vocales. Todos tenemos una tarea. Informarnos bien sobre ellos y actuar en consecuencia. La Red está ahí para ayudarnos.
Saludos y ánimo.
No me había imaginado la cantidad de elementos subterráneos que influyen en una prueba como esta.
Quería aprovechar el blog para preguntar por la programación didáctica, me presento en Madrid y no sé si hay que entregarla el día del examen escrito o en otra fecha, por si alguno me lo aclaraba… Así de perdido ando. Suerte a todos.
Hola, Mario y bienvenido al blog. Cuando hablamos de cofrupcion en la política, olvidamos la corrupción qeu rodea toda la vida española y que nos arrastra a nosotros mismos. El profesor que se lleva los folios del instituto a su casa, por ejemplo. Por otro lado, la programación hay que presentarla después de que salgan las notas del primer ejercicio. Está en las bases de la convocatoria, cuando se habla de ella.Saluds y ánimo,