Mensaje de aliento para las oposiciones

Durante el curso, he lanzado muchos mensajes de apoyo a los opositores de www.opolengua.com. Este es el último de ellos antes de la prueba decisiva.

¡Amigas y amigos!

En las próximas horas nos enfrentaremos a la prueba que hemos preparado con tanto esfuerzo durante largos meses, a veces durante años. Por fin hemos llegado a la playa en que acaba nuestra travesía. Yo sé que han sido muchas horas memorizando temas, muchos minutos mirando el reloj obsesionándonos con ideas que no se nos quedaban, muchas semanas realizando comentarios, meses diseñando la programación y revisando las correcciones que se os mandaban para mejorar vuestras capacidades. Han sido mil horas de angustia, de enormes renuncias, de no salir a tomar algo, a pasear o dejar de ir al cine o de hacer algunas cosas que nos entusiasman.

Sobre todo yo sé que han sido horas restadas a nuestros seres queridos: a nuestras parejas, a nuestros hijos, a nuestros padres, a nuestros amigos. Los seres que nos quieren son los que nos han visto encerrados en nuestro cuarto de estudio, obsesionados por cosas que no comprenden bien, pero comprendiendo que en esto nos apostamos la vida, que creemos en nosotros mismos y que siempre estaremos dispuestos a pelear por lo que consideremos justo. Ante sus ojos hemos crecido, no os quepa duda.

Además nosotros sabemos mejor que nadie que no han sido horas perdidas. Hemos empleado ese tiempo en escalar la montaña del conocimiento, esa ruta sagrada en la que a cada paso que ascendemos nos damos cuenta del esfuerzo que empleamos y de lo muchísimo que nos queda por saber. Hemos vivido un proceso personal en el que forzosamente hemos aprendido a ser más humildes y a ser perseverantes y esforzados. Porque solo nosotros sabemos que sin esas virtudes es imposible llegar a la cima. Solo nosotros sabemos lo duro que es darnos cuenta de cuánto nos queda por saber y de no perder los nervios definitivamente en la escalada. Hemos visto a tantos otros despeñarse por el camino…

Así que mañana hay que darlo todo por nuestro esfuerzo, por nosotros mismos y por amor a quienes nos rodean. Mañana vamos a pelear por ellos y por nosotros mismos hasta el final. Si no nos sale la bola más agradable, pelearemos. Si los textos no son los que esperamos, pelearemos. Si las cosas se tuercen nos comprometemos a dar lo mejor de nosotros mismos, porque para eso nos hemos preparado durante tanto tiempo. No para vencer, algo que no está en nuestras manos, sino para pelear hasta el final.

Mañana se acaba un periodo tremendo de nuestra vida, de enormes renuncias y sacrificios que tienen los rostros amorosos de quienes nos rodean y nos han visto pelear.

Mañana volveremos con ellos tras la prueba. Y hay que darles un mensaje de ánimo. Puede que volvamos con la alegría del triunfo, con la satisfacción de que nos salió nuestra bola soñada y con que los textos se adaptaron exactamente a nuestras capacidades. Sí, puede que todo se desarrolle como hemos ensoñado tantas veces mientras nos vencía el sueño.

Pero a veces los héroes vuelven de la guerra derrotados. No va a ser fácil triunfar. Hay muchísimas personas luchando denodadamente por alcanzar el mismo objetivo. Y quizá mañana la Fortuna no esté de nuestro lado. Pero aún así hay que volver a casa con la mirada alta y la sonrisa en el rostro. Nadie nos habrá vencido. Somos nosotros los que volveremos, como don Quijote, dueños de nuestro propio destino. Somos nosotros los que nos ofreceremos, como mejores personas a quienes nos rodean para devolverles todo el tiempo que les hemos quitado.

A todos los que en las próximas horas se enfrentarán a la prueba suprema de las oposiciones, desde Opolengua, un fuerte abrazo y todos los ánimos para afrontar el océano.