¡Ponte a prueba! 9/2009 (Solución) Oposiciones de Lengua y literatura

¡Ponte a prueba! 9/2009 (Solución) Oposiciones de Lengua y literatura

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En esta semana, la solución de nuestro acertijo se ha retrasado al miércoles porque durante este fin de semana hemos realizado cambios en nuestro alojamiento web. Opolengua.com ha cambiado de empresa de alojamiento y el proceso de transferencia de archivos continuó durante el lunes por lo que nos resultó imposible publicar los acertantes en ese día.

El texto de hoy era verdaderamente difícil y, probablemente por ello, ninguno de los  participantes ha acertado la obra. Sí hay quien ha acertado el género, pero no la obra. Así pues, podemos señalar como acertantes parciales a Mercedes Mateos y a Rubén BP. Hay otras personas que también han señalado el género, pero se han aventurado erróneamente al señalar la obra por lo que no serían acertantes pues al acierto del género habría que descontarles el desacierto en la obra.

El texto en cuestión era el inicio del Lazarillo de Manzanares (1620) de Juan Cortés de Tolosa (1590-1640) que, como indicaban nuestros acertantes seguía la estela picaresca marcada por el Lazarillo (1554) y el Guzmán (1599).

¡Así que enhorabuena para estas personas!

Reproducimos de nuevo el texto.

Ansí que sabrá vuessa merced que dizen aver nacido en Madrid, Corte del Rey don Felipe Nuestro Señor, tercero de este nombre, villa digna del título no solo del real sino imperial, la más insignia del mundo, tanto por el respecto dicho, quánto porque en ella nunca es de noche. En esta, pues, Noruega de claridad, me parece que Felipe Calçado y Ynés del Tamaño, padres de aquellas mugeres que aunque compran el manto entero no se sirven más que del medio, tuvieron devoción de criar un niño de los expósitos o de la piedra. Y como el día que en Madrid sale la processión de las amas se fuessen los dos a la calle Mayor, donde mi suerte quiso que yo les agradasse más que los otros tanto, por ser varón y averme soltado del andador, quanto porque era blanco y les agrado los buenos traços de mis braços y piernas, prometedores de no mala persona en los tiempos futuros, me llevaron consigo a la casa de los dos mayores ladrones que en España a avido: a cuya mi ya putativa madre servía de guión en todas las más de sus acciones, una punta de hechicera, como vuessa merced adelante verá, no obstante que los dos tenían sus devociones, que es muy de la frutera aver assalariado al ciego para que la rece, y  aún a derramar lágrimas oyendo el passo de los açotes, y dar con el dedo para que en el peso supla lo que en él no a puesto.