Volvemos hoy a la carga con nuestro acertijo de fin de semana en www.opolengua.com para preparar el comentario en las oposiciones de Lengua y literatura. Un sencillo pasatiempo que puede ayudar para que calibremos nuestras fuerzas y posibilidades en esta decisiva prueba.
El texto que traemos hoy es para mí una incógnita pues se trata de una obra y de un autor que durante unos años tuvo un gran prestigio que parece haber decaído en estos últimos tiempos. En aquel tiempo yo hubiera dicho que su aparición en las oposiciones no hubiera sido una sorpresa. Hoy, sin embargo, resultaría más extraño salvo en su comunidad autónoma de origen. En todo caso, resulta un interesante test para poner a prueba nuestra capacidad para acertar obra o autor, o al menos, la época, el género y el movimiento literario.
Como siempre, las respuestas se recogen en nuestra página de Facebook y el resultado del concurso se publicará el lunes.
Ellos quizás se queden todavía algunas horas en Ainielle, recorriendo las casas en busca de herramientas y algún mueble o alguna cama que aún pudieran servir para las suyas. La soledad del pueblo y al saber que yo estoy ya abajo en la tierra sin duda les habrá tranquilizado. Quizás, incluso, esperen acabar de registrar todas las casas antes de regresar. Pero, al caer la tarde, cuando el viento empiece ya a batir un día más las ventanas y las puertas de las por las calles, recogerán sus cosas y emprenderán la vuelta hacia Berbusa.
Así, cuando lleguen al alto de Sobrepuerto, seguramente habrá empezado otra vez a anochecer. Sombras espesas avanzarán como olas por las montañas y el sol, turbio y desecho, lleno de sangre, se arrastrará ante ellas agarrándose ya sin fuerzas, a las aliagas y Y al montón de ruinas y escombros de lo que, en tiempos, fuera (antes de aquel incendio que sorprendió durmiendo a la familia entera y a todos sus animales) la solitaria casa de Sobrepuerto. El que encabece el grupo se detendrá su lado. Contemplará las ruinas, la soledad inmensa y tenebrosa del paraje. Se santiguará en silencio Y esperará a que los demás le alcance. Y, cuando todos estén juntos, junto a las viejas tapias del caserío quemado, se volverán al tiempo para ver como la noche se apodera un día más de las casas y los árboles de Ainielle,mientras alguno de ellos se santiguará de nuevo murmurando en voz baja:
-La noche queda para quien es.