Como cada lunes, traemos la solución del acertijo de fin de semana que realizamos en Facebook para acompañar con amenidad a los opositores de Lengua castellana y literatura que preparan la siempre difícil prueba del comentario de texto para las oposiciones.
El texto que planteamos al viernes pasado tenía sus dificultades. Se trataba efectivamente del Doctrinal de privados (1454) que su autor, el Marqués de Santillana 1398-1458) dedicó al privado de Juan II, don Álvaro de Luna, persona controvertida y muy beligerante con la nobleza de su tiempo, que acabó pagando su oposición política con su muerte en el cadalso, tal y como indica el propio poema, en 1453. Es un poema que consta de 53 octavillas.
Pertenece el texto a una época, el siglo XV, que, como indicábamos el viernes, es de gran importancia en las oposiciones, porque al ser una época de transición entre el español medieval y el clásico, ha aparecido con enorme frecuencia.
A pesar de la dificultad del texto, ha habido cuatro acertantes del mismo: Ángeles Cerrillo Vida ha acertado el autor. Olga González Romero, María Cuenca Sánchez y María de Juan Martín han acertado obra y autor. Y María Cuenca Sánchez además ha acertado el pasaje exacto que seleccionábamos, el inicio de la obra.
¡Enhorabuena para todas ellas pues si esta misma obra cae el día D, tendrán una ventaja cierta sobre sus competidores!
Y nada más, recordad que el viernes volveremos con otra entrega de nuestra serie. ¡Feliz semana de estudio!
I
Vi tesoros ayuntados1
por grand daño de su dueño.
Así como sombra o sueño
son nuestros días contados;
e si fueron prorrogados
por sus lágrimas a alguno,
d’éstos non veo uno
por nuestros muchos pecados.
II
Abrid, abrid vuestros ojos
gentíos, mirad a mí:
cuanto vistes, cuanto vi
fantasmas fueron e antojos.
Con trabajos, con enojos
usurpé tal señoría,
que si fue non era mía
mas indebidos despojos.
III
Casa a casa ¡guay de mí!,
e campo a campo allegué.
Cosa ajena non dejé:
tanto quise cuanto vi.
Agora, pues, ved aquí
cuánto valen mis riquezas,
tierras, villas, fortalezas,
tras quien mi tiempo perdí.
IV
¡Oh fambre de oro rabiosa!,
¿cuáles son los corazones
humanos que tú perdones
Aunque farta, querellosa
eres en todos estados,
non menos a los pasados
que a los presentes dañosa.