Hace unas semanas lanzábamos el tema de los bulos en las oposiciones, señalando su presencia en las oposiciones como en cualquier otra manifestación de la vida humana. Hoy entramos en otros aspectos de este tema: las razones y las formas de actuar ante ellos.
¿Por qué se producen los bulos en las oposiciones?
Veíamos que en la política, los bulos se lanzan con el objetivo de alcanzar más poder Sin embargo, en las oposiciones, no hay poder que alcanzar. Entonces, ¿por qué se producen los bulos? Creo que la razón no es sencilla y directa, pero si atendemos a cada bulo en concreto, podremos comprender qué razones puede haber en cada caso. Un bulo lo crea una fuente de información tóxica que mantiene una conducta de acuerdo con su idiosincrasia personal, sus intereses, su ideología y su estado de ánimo ante las oposiciones.
Lo primero que hay que señalar es que un bulo es una mentira. Más grande o más pequeña. Y la persona que lo genera sabe que lo que está diciendo no está comprobado. Sabe que eso que afirma no tiene absoluta certeza. Puede que crea que es verdad porque alguien se lo ha dicho, pero no está seguro de que es cierto… Y aún así lo dice a un tercero con el objeto de que ese tercero también lo crea. ¿Por qué hace alguien esto? Pues porque el ser humano es así. Existe la luz de la verdad y la oscuridad de la falsedad y además entre esos dos extremos hay una zona graduada de claroscuros. En esa zona en la que no todo es luz, las personas consciente o inconscientemente tóxicas hacen surgir el bulo.
Fenómeno telegrama y difusión.
Es decir, el emisor al lanzar un bulo manifiesta una de estas cosas: justificar su conducta como opositor, defender sus intereses como opositor, difundir su ideología en relación con las oposiciones o difundir su estado de ánimo ante las oposiciones.
Y por ello hay que recordar que, ante las oposiciones, se pueden asumir dos posiciones personales que son antagónicas.
En el lado de la luz están quienes sufren el enorme sacrificio del estudio con dolor, ¡cómo no!, pero comprenden que las oposiciones (incluso unas tan malas como las actuales) son es el mejor sistema posible para acceder a una plaza vitalicia a sueldo de los impuestos de todos y además (y esto es muy importante) se dan cuenta de que opositando, estudiando, adquieren conocimientos y valores personales que son imprescindibles para luego transmitírselos a sus alumnos. Estos posicionamientos no tienen respaldo sindical. Yo mismo tuve que romper el carné de UGT en 1994 para organizar un efímero sindicato llamado AICEP para defender los derechos de quienes queríamos opositar con justicia.
En el lado de las tinieblas están aquellas personas que no desean opositar y para las que la oposición no es más que una fuente de pesadumbre. Por diferentes motivos, como puedan ser la comodidad de no tener que estudiar o la conciencia de su incapacidad competitiva, lo cierto es que hay muchísimas personas que preparan oposiciones que odian hacerlo y que creen que la mejor forma de seleccionar al personal que va a garantizarse un empleo vitalicio a sueldo de todos los españoles debería ser un simple concurso de méritos. Esa posición y esos intereses están y han estado tradicionalmente firmemente representados por los sindicatos de toda condición y esto explica las resistencias que existen a que haya cualquier cambio en el proceso de selección. Es por esto que el sistema de acceso sigue en vigor desde 1984. Y ya van 33 años, tres años menos de lo que duró la dictadura de Franco.
Los bulos más famosos de las oposiciones
“Este año no van a convocar”. Este es el típico bulo que justifica no estudiar. ¿Para qué hacerlo si no habrá oposiciones? Si luego se convocan, el opositor siempre podrá decir que la Administración actuó con alevosía porque habían dicho que no convocarían.
“He oído que van a cambiar el temario” o “para 2020 cambia el temario y el sistema de acceso”, es otro de los bulos que genera inseguridad. ¿Para qué estudiar si va a cambiar todo? Mejor esperar.
“La academia X tiene información privilegiada y sus alumnos tuvieron el ejercicio práctico días antes de las últimas oposiciones”. Este es uno de los bulos más divertidos. Esto es imposible porque si eso fuera verdad, todo el mundo lo sabría y los propios tribunales se darían cuenta. La información priivilegiada la puede tener una persona, pero no diez porque de esos diez pasará pronto a cuarenta y de esos cuarenta a todos los opositores. Esto es absurdo
“Me han dicho que si subrayas los nombres de los libros en el examen, te suspenden directamente.” Es otro de los bulos de la inseguridad. En un tribunal un idiota que ejerce como presidente dice esta sandez y algunos lo extrapolan a toda la oposición. Sí hay tribunales que han dicho estas tonterías, pero no se ha generalizado. Si fuera así, aparecería en las bases.
Estos podríamos indicar como bulos más destacados.
Qué hacer ante los bulos.
Y, tras el análisis, llega ya el momento de la acción. Lo voy a decir con sencillez y claridad. Estudiar. Estudiar por tierra, mar y aire. Estas oposiciones las aprueba todo el mundo que persiste y tiene fe. Eso no es un bulo. Te lo garantizo.