¡Ponte a prueba! 27/2020 Oposiciones de Lengua castellana y literatura

¡Ponte a prueba! 27/2020 Oposiciones de Lengua castellana y literatura

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Como cada viernes, puntuales a nuestra cita durante los últimos cuatro años, volvemos hoy con una nueva entrega de nuestro “¡Ponte a prueba!”, el acertijo con el que pretendemos ayudar a quienes preparan la prueba de comentario de las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura.

Sabemos ya que la pandemia ha afectado a las oposiciones y por ello hemos realizado un análisis de la situación y tomado una serie de medidas que puedes leer aquí, pero es seguro que las oposiciones se celebrarán y, por ello, no debemos detener nuestra preparación. Hoy traemos otro texto con el que queremos rendir un homenaje a las fuerzas de seguridad, a todo el personal sanitarios y a todos los que permanecen en primera línea de fuego en este combate y que, desgraciadamente, ya están pagando con su salud y con sus vidas por velar por las de los demás. Nunca podremos agradecerles tanto como están haciendo, que es todo lo que pueden.

Como siempre, se trata de acertar obra y autor y si ello no es posible basta con señalar el género, la época y el movimiento literario. Cuando reconocemos la obra y el autor, es oportuno señalar la situación y función del episodio en la obra.

Y nada más. Comienza la Semana Santa más extraña de nuestras vidas y nosotros también nos vamos a tomar un pequeño respiro, por lo que la solución al acertijo la daremos el día 13 de abril. Se puede participar, como siempre, pero en esta ocasión alargaremos las respuestas hasta el domingo día 12 de abril en nuestra página de Facebook.

Y nada más. Cuidaos mucho y cuidad de los vuestros, porque eso es cuidar de todos.
Saludos y ánimo.

Y ¿qué temor de necesidad y pobreza puede llegar ni fatigar al estudiante, que llegue al que tiene un soldado que, hallándose cercado en alguna fuerza y estando de posta o guarda en algún revellín o caballero, siente que los enemigos están minando hacia la parte donde él está, y no puede apartarse de allí por ningún caso, ni huir el peligro que de tan cerca le amenaza? Solo lo que puede hacer es dar noticia a su capitán de lo que pasa, para que lo remedie con alguna contramina, y él estarse quedo, temiendo y esperando cuándo improvisamente ha de subir a las nubes sin alas y bajar al profundo sin su voluntad. Y si este parece pequeño peligro, veamos si le iguala o hace ventaja el de embestirse dos galeras por las proas en mitad del mar espacioso, las cuales enclavijadas y trabadas no le queda al soldado más espacio del que concede dos pies de tabla del espolón; y con todo esto, viendo que tiene delante de sí tantos ministros de la muerte que le amenazan cuantos cañones de artillería se asestan de la parte contraria, que no distan de su cuerpo una lanza, y viendo que al primer descuido de los pies iría a visitar los profundos senos de Neptuno, y con todo esto, con intrépido corazón, llevado de la honra que le incita, se pone a ser blanco de tanta arcabucería y procura pasar por tan estrecho paso al bajel contrario. Y lo que más es de admirar: que apenas uno ha caído donde no se podrá levantar hasta la fin del mundo, cuando otro ocupa su mesmo lugar; y si este también cae en el mar, que como a enemigo le aguarda, otro y otro le sucede, sin dar tiempo al tiempo de sus muertes: valentía y atrevimiento el mayor que se puede hallar en todos los trances de la guerra.