Como ya anunciamos hace dos semanas, vamos a dedicar una serie de artículos en nuestra página web a valorar el sistema de oposiciones actual, incluso aportando ideas que pudieran servir para su mejora. Comenzábamos hace dos semanas partiendo de la visión de los opositores y dando cuenta de las irregularidades y arbitrariedades que se cometen en los tribunales. Hoy vamos a dar un nuevo punto de vista: el de los miembros de los tribunales. ¿Cómo se ven las oposiciones cuando se forma parte de un tribunal? Creemos que su lectura puede ser muy útil a los opositores para darles algunas claves para su preparación. Para ello les hemos hecho tres sencillas preguntas.
Comenzamos hoy con una entrevista a Damián Moreno Benítez, que fue presidente de tribunal en Cádiz en 2018. Damián es funcionario de carrera desde el año 1999. Ejerce como profesor de Enseñanza Secundaria de Lengua Castellana y Literatura en el I.E.S. “Juan Sebastián Elcano” de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz). Es doctor en Filología Hispánica (2010) por la Universidad de Sevilla, licenciado en Filología Hispánica (1990) y en Filología Italiana (2000) también por la Universidad de Sevilla. Formó parte de los tribunales de 2018 porque mandó una petición a la Administración y fue elegido. Tiene decenas de publicaciones, muchas de ellas relativas a su principal ámbito de estudio: “Argumentación y Persuasión en Lingüística”. Desde 2019 forma parte del equipo de Opolengua.
Y tras la presentación, vamos con las preguntas
¿Qué destacarías de tu vivencia como miembro de un tribunal de oposiciones?
Lo primero que se ve viene a la mente es el buen equipo humano que formamos en mi caso. No es por echarme flores, pero esta es una labor en gran parte del presidente que debe contactar los primeros días con los vocales asignados aleatoriamente. Ya en el cursillo previo nos hablaron de la importancia de hacer una piña en el tribunal y de la labor mediadora y motivadora del presidente. También a ello contribuye, claramente, el azar, pues los vocales pueden tener mayor o menor predisposición. En mi caso, conseguimos crear un buen ambiente de trabajo y camaradería, hasta el punto de que luego hemos quedado personalmente en varias ocasiones, tanto de manera conjunta como por separado. Se puede decir que somos compañeros y amigos todavía hoy, después de cuatro años.
También debo añadir que aprendimos mucho, tanto en las relaciones personales (con los compañeros y con los opositores) como en lo académico. Los miembros del tribunal también aprendemos con los opositores, puesto que en muchos aspectos están más preparados que nosotros. Se trata de una puesta al día intensiva.
¿Qué consejos le darías a un opositor?
Que tenga en cuenta que los miembros del tribunal son profesores de secundaria, no son catedráticos de Universidad o pedagogos. No quiere esto decir que el tema o el comentario que se haga no tenga profundidad ni se exprese en términos técnicos, sino que exponiéndose con rigor científico se tenga también en cuenta la realidad del aula, se tengan, por así decirlo, los pies en el suelo. Hay que guardar un cierto equilibrio.
En cuanto a la parte escrita, el opositor debe controlar muy bien los tiempos, puesto que nos hemos encontrado a menudo que se hace muy bien el tema teórico pero los comentarios prácticos se quedan cortos o viceversa.
Ahora bien, una vez pasada esta criba, lo fundamental es la exposición oral. Se debe preparar muy bien. En este caso no solo controlar el tiempo, que esté bien compensado entre la programación didáctica y la unidad didáctica (y que no se olvide ningún apartadito), sino que el opositor debe captar la atención del tribunal. Es decir, debe actuar como si estuviera en una clase y mostrar soltura, tanto en los aspectos no verbales como verbales. Como en un escenario, debe moverse, gestualizar, usar la pizarra, presentar materiales, cambiar el tono de voz. Incluso la vestimenta es importante, puesto que el opositor debe llevar algo que lo distinga de los demás, que lo personalice, para que el tribunal lo recuerde de alguna forma, puesto que al final de cada jornada se repasan las puntuaciones de todos los participantes.
¿Qué mejorarías del proceso de oposiciones si no pudieras cambiar el modelo actual?
Desde el punto de vista del tribunal, mejoraría la asignación que se da a los miembros y al presidente, puesto que ahora es ridícula y no merece la pena. Deberían estar mejor pagados y deberían tener más tiempo para la corrección, puesto que ahora en dos semanas hay que corregir los exámenes escritos y hacer los orales. Esto provoca un gran estrés en el tribunal corrector, que a menudo repercute en la atención a los opositores y en los propios resultados.
También habría que cambiar el sistema de asignación de los vocales. Yo propondría que se presentaran voluntarios y se hiciera una selección mediante méritos. Luego, a partir de esta selección, se haría un sorteo para la asignación definitiva a los tribunales, de manera parecida a como se hace en la PEVAU. De esta forma, se evitaría que hubiera miembros que están a disgusto o que, en el peor de los casos, entorpecen más que colaboran. Y también se solucionaría el caso de miembros de tribunales que no están preparados, sea psicológica, sea formativamente.
En cuanto a la exposición oral, yo eliminaría o daría menos valor a la parte de la programación general, que ya se entrega en mano.
Y nada más por hoy. Espero que la entrevista le haya sido útil a alguna persona. Saludos y ánimo.