En dos entradas vamos a tratar en nuestra página un tema que preocupa a bastantes personas. Son muchos los mensajes que recibimos pidiendo consejo sobre esta cuestión y por ello, nos ha parecido oportuno escribir este artículo. ¿Es mejor llevar menos temas y llevarlos muy bien o llevarlos peor y llevar muchos más temas? Hoy explicamos por qué es mejor llevar menos temas y llevarlos muy bien.
En las oposiciones y en la vida no hay una respuesta fácil
Lo primero que hay que señalar es que la respuesta a esta pregunta no es sencilla. Hay ocasiones en que podemos señalar un camino unívoco y sin variantes, un rumbo recto, para llegar a puerto. Pero la mayoría de las veces, lo que a un opositor le va bien a otro no le funciona tan bien. Este es uno de esos casos, así que lo que haremos será explicar los elementos positivos y negativos de cada una de estas posibilidades para que, luego, cada persona pueda adaptar estos principios generales a su caso particular. Hay dos opciones enfrentadas: llevar todos los temas que podamos fenomenal o llevar más temas pero al mínimo. Veamos los pros y los contras. Hoy nos centraremos en las ventajas e inconvenientes de llevar los temas muy bien.
La opción mas segura es llevar los temas fenomenal: el Método Opohispania
La opción más segura consiste en llevar todos los temas que podamos, pero siempre buscando el dominio máximo de los mismos. Tenemos así la absoluta seguridad de que si nos sale la bola en el sorteo, vamos a estar en las zonas altas del tribunal y optando a plaza. Nosotros tenemos en nuestro Curso de Estudio, el Método Opohispania que garantiza precisamente esto: un dominio completo del tema y la posibilidad de escribir tres mil palabras o más de cada tema. Esas tres mil palabras bien escritas nos llevan, arriba con toda seguridad. Este es el método del que hablan los testimonios de nuestra página y cuya eficacia está demostrada durante décadas por la plaza obtenida por centenares de personas. Es de una seguridad plena. Y nuestro Método de repasos Opohispania y nuestra HC (Hoja de control) nos permiten llevar un dominio completo de las oposiciones.
El inconveniente de esta estrategia: la dureza del estudio y el gasto en tiempo
El Método Opohispania tiene muchas ventajas y dos inconvenientes. El primero es que el dominio óptimo de los temas es muy sacrificado. Tenemos que estar memorizando delante de cada tema muchas horas y eso es un esfuerzo de fe, de concentración y de sacrificio enorme. No todas las personas son capaces de soportar esto y por ello, es fundamental que haya oposiciones que valoren estas características, que son las que han hecho avanzar a nuestra especie. La segundo inconveniente es que hay que dedicar mucho tiempo a cada tema y eso quiere decir llevar menos temas. El coste medio en horas para llevar un tema así oscila entre las personas que lo consiguen en 12 horas y quienes lo consiguen en 80 horas (estos son los casos más extremos), estando lo normal en unas 25-35 horas de estudio por tema.
¿Qué ventajas tiene dominar muy bien los temas?
Hay varias ventajas que tiene esta forma de estudiar.
Llevar muy bien los temas nos aporta seguridad y tranquilidad
La primera es psicológica. Sabernos bien los temas nos brinda una enorme seguridad personal, precisamente porque sabemos que nada puede fallar. Nos sentimos seguros de lo que sabemos y estamos convencidos de que es imposible de que en el teórico, si nos sale tema, vayamos a fallar. Por tanto, esto es adecuado para personas a las que les gusta tener todo controlado y les agobia no dominar la situación completamente. Este es mi caso, por ejemplo.
Llevar muy bien los temas nos garantiza no volver a estudiarlos en toda nuestra vida
Llevar muy bien los temas es preparar las oposiciones a largo plazo
Otra ventaja añadida a esto es que lo que aprendemos se nos va a quedar para toda la vida. El método nos garantiza que nos sabemos el tema tan bien que ya nunca volveremos a estudiarlo en toda nuestra vida y eso es verdaderamente maravilloso. Por un lado, quiere decir que al año siguiente que tenemos que estudiar las oposiciones, si no hemos sacado la plaza, no partimos de cero, sino con todos los temas anteriores que solo hemos de repasar para refrescarlos.
Llevar muy bien los temas nos permite no tener que preparar clases teóricas
Por otro lado, no hay que preparar las clases si lo que vamos a dar a los alumnos es lo que ya hemos estudiado. Yo empecé a dar clases en los institutos en octubre de 1993, hace treinta años. No me he preparado una clase teórica jamás. He preparado ejercicios, proyectos, guías de lectura, etc. Pero preparar la teoría de una clase, nunca, jamás. Y eso se lo debo a que me sabía los temas perfectamente.
Llevar muy bien los temas nos da autoridad moral ante el alumnado
Por otro lado, está el aspecto disciplinario. Los alumnos respetan a los profesores que saben de lo que hablan y desprecian a los que no saben. Esto es así hasta con los más revoltosos. O al menos es mi experiencia. La seguridad, el prestigio y la autoridad moral ante el alumnado son superiores si ellos ven que realmente sabemos de lo que hablamos. Y eso es algo que nos evita muchísimas tensiones disciplinarias en la clase. Se llama confianza. Una gran parte de los problemas disciplinarios procede de la sensación del alumnado de que tienen delante a una persona insegura.
Llevar muy bien los temas nos hace crecer como personas
Finalmente, está el orgullo, la satisfacción personal que obtenemos al ser conscientes de que el tema X, el que sea, ya lo dominamos, ya lo sabemos, ya forma parte de nuestro acervo y nuestra cultura. Hemos crecido un poco más cada vez que dominamos un tema. En este sentido, como le dije hace poco a una buena opositora, hay diferentes formas de plantearse la preparación. En la vida siempre hay dos caminos: el fácil y el difícil. Esta es una verdad que conocemos desde que somos muy pequeños. El camino fácil es el de la pereza; el camino difícil es el de la verdad y el sacrificio.
Los dos caminos en la vida son los dos caminos en las oposiciones
Hay diferentes formas de plantearse la preparación. En la vida siempre hay dos caminos: el fácil y el difícil. Esta es una verdad que conocemos desde que somos muy pequeños. El camino fácil es el de la comodidad y la pereza; el camino difícil es el de la verdad y el sacrificio.
En la oposición hay también dos caminos. Hay un camino, que es convertir la oposición en un proceso de crecimiento personal y concebir la plaza como el corolario de esa travesía personal. En ese caso, es importante saberse muy bien los temas porque se convierten en parte de nosotros mismos, de nuestro bagaje personal, de nuestra vida. El saber y el dominio de los mismos es nuestra propia esencia. Cuando llegamos al instituto, los alumnos nos respetan porque enseguida nos distinguen de los malos profesores. Y podremos caer o mejor, pero nos respetarán y tanto más cuanto mejores sean esos alumnos. Si además de saber, somos empáticos y mostramos que los queremos, tendremos una vida laboral con menos tensiones y muchas más satisfacciones. Este camino supone llevar menos temas y, quizá, tardar más en sacar la plaza. Pero los temas te los sabrás para siempre.
La semana que viene veremos los pros y los contras de saberse peor los temas y llevar más, porque hay ocasiones en que tenemos que actuar así. No es lo mejor, pero es necesario. Eres tú quien tienes que elegir qué camino prefieres.
Saludos y ánimo. ¡A por la plaza!