Esta semana ha sido, como siempre, de intenso trabajo. Hemos iniciado nuestro Curso Opolengua 2024, dirigido a quienes se presenten a oposiciones sin prueba de comentario, como ocurrirá en Andalucía, Extremadura, Navarra Canarias o La Rioja y también hemos comenzado por fin nuestro Curso de Comentario Total, cuyo video inicial puedes ver en este enlace. Pero al ser viernes, tenemos una nueva cita con nuestro ¡Ponte a prueba!, ese acertijo que desde 2015 proponemos cada fin de semana para solaz y piedra de toque de las esforzadas y nobles personas que preparan la prueba más difícil de las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura. Como siempre, el reto está abierto a todas las personas de ambos hemisferios que amen nuestra lengua y literatura.
La propuesta de la semana: un texto interesante y difícil
Hoy proponemos un texto interesante, al que yo le tengo mucho cariño, pues se lo he oído recitar a mi padre muchísimas de veces. Probablemente será imposible señalar la autoría, pero podríamos realizar un buen comentario adscribiéndolo razonadamente a una época, un género y un movimiento literario.
¿Cómo participar?
Como siempre, se puede participar escribiendo comentarios en la página de Facebook de opolengua.com (no en la mía personal) hasta el domingo por la noche. Y como siempre también, las normas para participar en el reto son escribir los comentarios sin leer los anteriores y no consultar internet para resolver el enigma, pues el día D no tendremos más apoyo que nuestra propia sabiduría. Nosotros daremos la solución del acertijo y la lista de acertantes el lunes.
Y nada más por hoy. Saludos y ánimo.
Estando yo en la mi choza pintando la mi cayada,
las cabrillas altas iban y la luna rebajada;
mal barruntan las ovejas, no paran en la majada.
Vide venir siete lobos por una oscura cañada.
Venían echando suertes cuál entrará a la majada;
le tocó a una loba vieja, patituerta, cana y parda,
que tenía los colmillos como punta de navaja.
Dio tres vueltas al redil y no pudo sacar nada;
a la otra vuelta que dio, sacó la borrega blanca,
hija de la oveja churra, nieta de la orejisana,
la que tenían mis amos para el domingo de Pascua.
—¡Aquí, mis siete cachorros, aquí, perra trujillana,
aquí, perro el de los hierros, a correr la loba parda!
Si me cobráis la borrega, cenaréis leche y hogaza;
y si no me la cobráis, cenaréis de mi cayada.
Los perros tras de la loba las uñas se esmigajaban;
siete leguas la corrieron por unas sierras muy agrias.
Al subir un cotarrito la loba ya va cansada:
—Tomad, perros, la borrega, sana y buena como estaba.
—No queremos la borrega, de tu boca alobadada,
que queremos tu pelleja pa’ el pastor una zamarra;
el rabo para correas, para atacarse las bragas;
de la cabeza un zurrón, para meter las cucharas;
las tripas para vihuelas para que bailen las damas.