Alguien se preguntará: “¿Qué hace una entrada sobre karate en un blog de oposiciones de Lengua?”. La respuesta está en el propio título de este artículo. Una gran parte de las virtudes que son necesarias para obtener la plaza en nuestras oposiciones están presentes y se cultivan en la práctica de esta noble disciplina deportiva: el karate.
Nuestro blog siempre refleja la vida
El blog de www.opolengua.com nació en 2013. Desde entonces hasta ahora, hemos hecho más de mil publicaciones y en ellas, además de analizar las oposiciones de Lengua, nuestro blog siempre ha querido reflejar de forma sencilla y directa los acontecimientos por los que ha ido atravesando España y también los grandes sucesos de mi propia vida. Y así dedicamos entradas al desastre de las lluvias torrenciales en Valencia, a la muerte de mi maestro Jesús Felipe Martínez Sánchez o a la de mí querida tía Marisa Prieto.
Pues bien, el sábado fue un día importante en mi vida pues, tras ocho años de esfuerzo, aprobé el examen de cinturón negro de karate. Esto, además de un logro importante para mí, creo que puede resultar inspirador para los seguidores de nuestro blog ya que podemos extraer valiosas enseñanzas para las oposiciones de Lengua. Veamos por qué.
Sábado, 5 de julio de 2025: mi examen de cinturón negro
El pasado sábado fue el examen de cinturón negro de Andalucía en el gimnasio Kimé (en japonés quiere decir más o menos “concentración de la energía en un punto concreto”). Decenas de aspirantes nos reunimos allí esperando el momento decisivo en el que mostrar nuestro nivel de karate al tribunal, que está compuesto por tres personas. Calor, sudor, muchos nervios entre los aspirantes. Es un día importante. Repetimos las técnicas mientras esperamos el llamamiento para entrar en el dojo. Mi turno era el número 27. Me pareció un número de buen augurio. Ensayo por enésima vez las técnicas con mi “uke”, Carlos Clares Lebrón. El “uke” es imprescindible en el examen de karate, pues es la persona que recibe las técnicas de ataque que hemos de demostrar ante el tribunal. Carlos me tranquiliza y me anima: está seguro de que voy a aprobar.
Por fin soy llamado. El examen es corto. No dura ni cinco minutos. Entro con algo de nervios, pero también con confianza. Creo que lo voy a conseguir. Realizo las técnicas de ataque y defensa en solitario y luego me piden que realice un kata: el teki-shodan. Después, entra mi uke y realizó sobre él algunas técnicas de combate y luxación. Para finalizar, un breve combate con Carlos donde mostrar algunas técnicas de ataque y defensa. El tribunal para el combate en menos de un minuto. Saludo y me salgo del tatami caminando hacia atrás sin dar la espalda al tribunal. Estoy contento y me relajo totalmente. Creo que estoy aprobado.
A la hora y media o así ya han terminado todos los aspirantes el examen. El tribunal nos llama para leer la lista de aptos. Un cierto nerviosismo esperando que tras mi nombre digan la palabra “apto”. Pronto ocurre. ¡Lo he conseguido! Tanto yo como mis amigos y compañeros del gimnasio hemos conseguido nuestro objetivo. Hay que celebrarlo.
Karate y oposiciones de Lengua: camino de crecimiento personal
Karate-do en japonés quiere decir “el camino de la mano vacía”. Y efectivamente, al igual que siempre decimos que las oposiciones de Lengua son una travesía de crecimiento personal, el karate es también un excelente medio para crecer como persona.
Voluntad, constancia, ilusión y fe son las mejores virtudes para alcanzar el éxito
Yo comencé a practicar karate en mayo de 2017. No tenía, ni tengo, grandes cualidades personales ni ningún talento natural para las artes marciales en general y para el karate en particular. No soy una persona agresiva, ni fuerte, ni flexible. Además, tenía ya más de cincuenta años, una edad a la que muchas personas abandonan cualquier tipo de ejercicio. Pero tengo unas virtudes que he cultivado desde que era niño y que he cuidado y fortalecido durante toda mi vida: la voluntad, la constancia, la ilusión y la fe. Y una gran parte del éxito en la vida, en las oposiciones de Lengua y en el karate se sostiene sobre estos cuatro pilares. Los seres humanos que las poseen alcanzan sus metas y, cuando no lo hacen, siempre recorren un camino de crecimiento personal que les hace mejores personas.
El gimnasio Kimé de Jerez de la Frontera y mi maestro Felicísimo Díez-Palacios
Estas virtudes hay que tenerlas, pero luego es necesario encontrar el medio y la razón para desarrollarlas. Y en este sentido, tuve la enorme fortuna de conocer a mi maestro Felicísimo Díez-Palacios, séptimo dan, una leyenda del karate andaluz y español, que es, desde el principio hasta el final, quien ha creado y dirige el medio en el que estas virtudes pueden desarrollarse: el gimnasio Kimé, en Jerez de la Frontera, que gestiona con gran inteligencia su esposa Consuelo del Pino. Igual que nosotros intentamos en Opolengua con nuestras oposiciones de Lengua, Feli intenta siempre que cualquier discípulo vea la práctica del karate como una forma de crecer personalmente. Y fruto de ello es el magnífico grupo de compañeros que allí se forman y progresan como karatecas.
Los valores del karate y de las oposiciones de Lengua
De ellos he aprendido valores como el respeto, el compañerismo, la solidaridad y también, claro que sí, la alegría por vivir. Yo fui acogido desde el principio con gran cariño por el grupo y eso es, entre otras cosas, lo que explica que haya llegado a conseguir esta meta. En estos ocho años de esfuerzo y constancia, hemos pasado miles de horas de entrenamiento repitiendo los katas (igual que repetimos los temas de Lengua), fracasando una y mil veces hasta conseguir una mejora en un movimiento (igual que fracasamos al analizar un texto hasta que la luz nos va iluminando), doliéndonos de algunos golpes e incluso sufriendo algunas fracturas en los dedos de los pies y de las manos. También en las oposiciones se sufren a veces duros golpes, como las malas notas o incluso el suspenso. Pero hay que levantarse y seguir.
Quien persiste, vence en las oposiciones y en la vida
Sí, hay que levantarse y seguir. La vida no es un camino de rosas. Generalmente es un camino de sucesivos fracasos que se convierten en éxitos solo si persistimos. Quienes llegan al éxito es porque han sido capaces de analizar sus fracasos, asumirlos y poner los medios para mejorar. Y eso quiere decir voluntad, constancia, ilusión y fe. Todas estas virtudes las tienen todos mis compañeros.

Los mejores compañeros
Todos son más avanzados en talento, conocimientos y técnicas que yo. Y en este camino de la mano vacía quienes más altos llegan se comportan como los más humildes. Justamente son los más destacados entre ellos, como Manolo González Ramírez (que el sábado aprobó el examen de 4º dan, que en japonés quiere decir “nivel” o “escalón”), quienes han aprendido estas virtudes de nuestro maestro y enseñan a los demás el respeto que hay que tener por quienes se esfuerzan, aunque estén en un nivel muy inferior al suyo. Compañeros como Alde Pruaño Rosua (cuarto dan), Pepe Delgado (tercer dan) o Roque Pérez (tercer dan), siempre están para ayudar. También me han echado un cable en estos años otros compañeros como Chui, Álvaro Molino, Patricio Rubio o Blas. Jamás he visto en ninguno de ellos presuntuosidad o prepotencia. Al revés. Yo, incluso en ocasiones he sentido vergüenza por lo mal que estaba desarrollando una técnica y siempre he encontrado en ellos, tan solo, respeto, ayuda y apoyo.
¿Quiénes obtuvimos el premio a nuestro esfuerzo?
Este sábado alcanzamos el cinturón negro varios amigos y compañeros. Manolo, como ya he dicho, alcanzó el cuarto dan. El gran Paco Cancelo, Alfonso Casado, Pepe Espinosa Díaz y Marco Almengló Sánchez se hicieron merecedores del segundo dan. Y mis compañeros Alberto Sánchez Albarrán, Ignacio Pérez Morán y Paco Valle consiguieron, como yo, el cinturón negro en su primer dan o “nivel”.


Dos menciones especiales: JJ y Carlos, mi «uke»
Quiero hacer dos menciones especiales también aquí. En primer lugar, al más veterano de nuestro grupo, que es un compendio de todas las virtudes aquí señaladas, nuestro gran JJ, el caballero Juan José Pérez García, que alcanzó su segundo dan con más de setenta años y a mi “uke” para este examen y su preparación. En segundo lugar, Carlos, que siendo tercer dan, me ha ayudado muchísimo en las últimas semanas con su saber, sus ánimos y su generosidad. Más de medio cinturón es suyo. Tampoco podemos olvidar aquí a Ángela García Nieto, que fue “uke” de Paco Valle y que a mí también me ha ayudado mucho.




Fiesta andaluza en las Bodegas Pajarete
Tras el examen, hicimos una fiesta andaluza en las Bodegas Pajarete, un magnífico lugar para organizar eventos que lindan con el gimnasio y que son también propiedad de Felicísimo Díez-Palacios y en ella brillaron especialmente la guitarra de nuestro amigo y cinturón negro Ismael García, un verdadero mago con sus dedos, y la voz de Pepe Espinosa, que se arrancó por fandangos y soleares, así como la compañía de otras compañeras con cinturón negro que nos lanzaron al baile como Alde, Fani Pérez Domínguez (primer dan) o Ángeles (próximo cinturón negro), demostrando que además de defenderse muy bien en el tatami y en la vida también lo hacen fenomenal en el tablao.
Gracias a todos ellos y a mi esfuerzo, hoy soy cinturón negro. Y por eso quería rendirles a todos, hoy, este homenaje. Muchas gracias, amigos.

Cultivar estas virtudes nos lleva a la plaza en las oposiciones de Lengua
Y para quienes siguen el blog, podemos decir que las virtudes necesarias para obtener el éxito en las oposiciones de Lengua se encuentran en muchas otras facetas de nuestra vida. Es bueno reconocerlas y buscar la oportunidad para cultivarlas, porque de ello depende, no nos quepa ninguna duda, la obtención de nuestra plaza en las oposiciones de Lengua.