Los resultados del examen de oposición y las elecciones.

En la última semana hemos tenido mucho trabajo. Se realizó el examen de la primera parte de las oposiciones el pasado fin de semana y tras ello, muchos opositores han querido ultimar algunos detalles de su programación didáctica por lo que las horas de corrección se han multiplicado en Opolengua.com.

Por eso no ha habido otras entradas, pero ahora que se acerca el fin de semana creo conveniente realizar algunas reflexiones sobre lo que hemos vivido estos días. Situaciones lamentables que muestran la ineficacia del sistema de acceso a la docencia en España. Dejemos dicho desde el principio que los miembros de los tribunales no tienen ninguna culpa de una normativa que no sirve para seleccionar a los mejores y que a veces, incluso les dificulta estúpidamente su tarea. En otra entrada anterior, Carta abierta a José Antonio Marina, ya comentamos cómo creemos que debe ser el sistema de acceso.

Vayamos por partes.

Para empezar las convocatorias. En la Comunidad Vasca hay una plaza por cada dos personas que se presentan. Sí, han oído bien. De cada dos, uno sale con plaza. En 1998 cuando yo saque la plaza había dos  plazas en mis tribunales y éramos trescientos. 1 plaza para 150 opositores. ¿Qué sistema educativo tendrá mejores profesores, el andaluz, el madrileño o el vasco? ¿Acaso no hay que defender la igualdad de oportunidades de todos los alumnos españoles? ¿O es que los alumnos vascos no tienen derecho a profesores tan cualificados como los de Madrid?

Solución: una prueba nacional para todos los opositores y que no se pida dominar el euskera, el catalán o el gallego como requisito previo.

Sobre las normas de entrega del examen. Hemos conocido casos de falta de coordinación total en lo que se refiere a las marcas que puedan avisar de una persona conocida. Se cita que no puede haber subrayados. Ya dijimos en entradas anteriores que esto es una solemne tontería. Si dos personas (miembro de tribunal y opositor) se confabulan, acordarán otra señal cualquiera como citar en el primer párrafo una obra concreta o empezar con unas determinadas palabras. Pues por esta tontería, a algunos opositores les han hecho repetir un examen casi entero. Me cuenta una profesora que cuando llevaba ya bastante rato escribiendo le dijeron que no podía escribir por una sola cara porque se consideraría “marca” por lo que tuvo que reescribir todo lo escrito con la consiguiente pérdida de tiempo. Eso, como todos los que hemos opositado sabemos, es un golpe brutal en un momento de enorme tensión. Yo me suicidaría, creo, allí mismo.

Solución a este problema: la realización de una prueba objetiva tipo test con centenares de preguntas al estilo MIR.

Siguiente cuestión: la aleatoriedad de las bolas. Ya hemos explicado en otras ocasiones que las bolas suelen salir consecutivas. Y así ha ocurrido en muchos tribunales. Yo estuve en Cadiz y en ellos salieron los temas de forma casi consecutiva. Si siempre es así, ¿por qué no se hace nada? Peor es lo que hicieron en un tribunal donde pusieron las bolas en una caja de folios dejándolas a la vista. Esto ya es de sainete.

Solución a este problema: la realización de una prueba objetiva tipo test con centenares de preguntas al estilo MIR.

Y luego sobre los comentarios. Absoluta disparidad en las diferentes autonomías. ¿Es que un alumno de Galicia debe tener un profesor que descubra que una obra es la Historia de san Ildefonso (verdadera dificultad) mientras que en Andalucía basta con que descubra que se trata del Libro de Buen Amor? En Canarias ni siquiera eso: no hay comentario, basta con desarrollar un supuesto práctico como en Primaria. De sainete.

Solución: una prueba nacional que garantice la igualdad de derechos entre todos los alumnos de España. Garantizar que los profesores pasan por las mismas pruebas es garantizar la igualdad de derechos de los alumnos. A menudo confundimos el sistema educativo con un cortijo de los sindicatos y lo que debe ser es un mecanismo de igualdad social y de permeabilidad que garantice que los más humildes tienen las mismas oportunidades que los ricos.

Esta semana llegarán las encerronas donde sigue la disparidad de leyes (podríamos decir el disparate) y la ausencia de lógica en algunas convocatorias en las que no se permite mostrar materiales o hacer uso de la tecnología.

Y el domingo hay elecciones. Ya analizamos en diciembre los programas de los partidos. Hay un partido, Podemos, que plantea que se mantenga y profundice el sistema actual primando la experiencia laboral (es decir, a los interinos). Como todo va tan bien, pues que siga la fiesta… Hay otros tres partidos que apuestan por modificar el acceso y crear un sistema MIR.

Cada opositor debe votar en consecuencia con lo que plantea. Y esperemos que sea para mejor para las oposiciones, porque eso (y no el dinero) es lo que garantiza la igualdad de derechos y la calidad educativa.