Proseguimos hoy nuestra serie sobre la mejor forma de preparar las oposiciones de 2021. En las semanas anteriores tratamos, primero, sobre la importancia de enfocar la preparación desde nuestras necesidades y características individuales y, después, sobre la importancia de la resolución de las dudas, pues es una cuestión casi diaria para muchos opositores, sobre todo al principio. Hoy vamos a centrarnos en otro aspecto importante: la importancia de las correcciones, aspecto que ya hemos tratado en otras ocasiones en nuestro blog.
Para reflexionar sobre este aspecto, estableceremos, como siempre, analogías con otros elementos de la vida, ya que la vida es un aprendizaje continuo y nosotros, como seres humanos, estamos constantemente aprendiendo. ¿Y cómo aprendemos en la vida? Realmente lo hacemos de formas muy variadas.
Podemos estudiar las oposiciones aprendiendo por ensayo y error.
Podemos aprender solos por ensayo y error. Esa es desde luego la forma más barata, porque económicamente, nos sale gratis. Podemos, por ejemplo, lanzarnos a una piscina sin saber nadar e ir ensayando hasta conseguir nadar o irnos a una montaña, ponernos unos esquís y lanzarnos montaña abajo hasta aprender a mantener el equilibrio. Traducido a las oposiciones, podemos buscarnos materiales, libros y temarios y lanzarnos a las convocatorias de las oposiciones e ir viendo qué notas vamos sacando año tras año. Hay varios inconvenientes: podemos perder mucho tiempo en este proceso y la desmoralización puede ser grande porque nadie nos ha avisado de cuáles son nuestro puntos a mejorar hasta que llegamos al examen.
Podemos estudiar las oposiciones aprendiendo por emulación.
También podemos aprender por emulación. Es decir, vemos a una persona hacer algo y nosotros lo imitamos. Traducido a las clases de esquí o de Lengua o Matemáticas en un instituto, una persona que sabe nos muestra cómo realiza un ejercicio y nosotros lo imitamos procurando hacerlo igual de bien que esa persona. En las oposiciones, hay personas que compran libros de comentario o programaciones o miran comentarios hechos y a partir de ahí van aprendiendo a hacerlos. Y esto está bien. Es una buena manera de hacerlo, siempre que nos aseguremos que las condiciones en las que se realizan esos ejercicios serán las mismas que las que nosotros tendremos el día de nuestra prueba.
Y esto es lo realmente difícil, porque hay muchas academias, libros de comentario y preparadores que ofrecen materiales que no se realizan en condiciones reales; es decir, que se redactan en mucho más tiempo del que dispondrá el opositor y empleando muchas más palabras de las que el opositor podrá emplear, por lo que, en la práctica, no son ejercicios realmente instructivos.
Este es un elemento que yo incluí en mi forma de preparar desde el primer momento. En mis grupos presenciales, yo hacía el comentario a la vez que los opositores y en el mismo tiempo. Solo tenía una ventaja: yo sí conocía el texto, pues lo elegía; pero ni siquiera lo había leído antes de ponerme a hacer el comentario. Esta manera de preparar se mantiene en nuestros cursos de ejercicios prácticos actuales, donde cada unidad viene con un video tutorial y un modelo ya resuelto realizado en las mismas condiciones que el opositor tendrá. A partir de este modelo, se le plantea al opositor una práctica que sirve para que el opositor la realice, emulando la técnica de realización planteada en el modelo.
La mejor forma de aprender en las oposiciones es gracias a las correcciones individualizadas.
Efectivamente, la forma más rápida y eficaz de aprender es hacerlo por medio de un método combinado en el que se dé la emulación antes explicada; pero, sobre todo, en el que se nos diga cuáles son los elementos que podemos mejorar en nuestra práctica. Y es que podemos fallar y mejorar sobre todo en la manera de comentar un rasgo. ¿Qué es comentar un rasgo y cómo se hace? Esto es lo fundamental en este tipo de ejercicio, pero además podemos mejorar en muchísimos aspectos más: en la forma de hacer las citas, en la redacción, en la estructuración del ejercicio, en como explicamos las ideas, en cómo planteamos la introducción o la conclusión… También podemos pecar por imprudencia o por olvido… ¡Y también podemos tener grandes aciertos que no potenciamos ni nos aumentan la moral porque nadie nos dice que en ese aspecto somos excepcionales! Y todo esto no es muy importante; es decisivo.
Solo hay una manera de conseguir este tipo de corrección y es la que se hace de forma individualizada. De poco sirve una corrección en grupo, pues no se corrige nuestro error, ni se nos dice si ese error es grave o no lo es y cómo ha de resolverse. Aplicado al esquí, de poco sirve una clase en la que el monitor no nos diga qué es lo que estamos haciendo mal.
Y es que este tipo de corrección solo es posible si una persona nos dedica su tiempo en exclusiva y nos va indicando en cada línea o párrafo en qué consiste nuestro acierto o nuestro error. Eso es una corrección individualizada. Ni una plantilla con ítems marcados ni una corrección general valen para mucho. Solo tiene sentido lo que garantice una corrección exhaustiva y razonada línea a línea sobre nuestro propio ejercicio, mostrándonos con claridad donde están errores y aciertos. Eso es lo que yo he hecho desde que empecé a preparar personas en 1999 y hacemos hoy en Opohispania todos.
Estas correcciones no puede realizarlas cualquier persona. Es muy importante, lógicamente, que quien nos corrija sea una persona de nuestra confianza, ya que nos ponemos en sus manos. No puede ser instructor de esquí o de vela cualquier persona. Es preciso para ganarse esa confianza que sepamos cuáles son los méritos que tiene esa persona para poder valorar nuestro ejercicio y guiarnos en nuestro crecimiento como opositores. Es muy bueno que haya corregido muchos ejercicios porque las oposiciones son siempre una prueba relativa; es decir, nos enfrentamos a otras personas y, por ello, nuestro ejercicio se valora en relación con el que hacen las demás personas. Por ello, haber corregido ejercicios de muchas personas y durante mucho tiempo es importante. También lo es tener experiencia en los tribunales, pues una persona que ha estado en esta tesitura ha visto cuál es el nivel de la oposición y puede indicarnos más o menos que nota nos habría puesto realmente en las oposiciones. Justamente ese el perfil de las personas que participamos de las correcciones en Opohispania.
Al final, como vemos, acabamos señalando la importancia de los preparadores. Y por ello, hoy lo dejamos aquí, pues este será el tema de otra entrada de esta serie.