Ya estamos nuevamente en pie. En este período navideño han surgido noticias importantes, como la convocatoria de oposiciones en Cataluña o la apertura del plazo de inscripción en Andalucía. Nosotros hemos seguido trabajando, como siempre. Y hoy, viernes, volvemos a la carga con nuestro ¡Ponte a prueba!, ese reto que quiere servir de amable piedra de toque para las personas abnegadas y valerosas que preparan la siempre temida prueba de comentario de texto de las oposiciones de Lengua Castellana y Literatura. Como siempre decimos, la prueba está abierta para el disfrute y la participación de todas las personas, de ambos hemisferios, que aman nuestra literatura y nuestra lengua milenaria.
La propuesta de la semana
El sábado pasado vinieron los Reyes Magos y a nosotros nos han traído, entre otras cosas, una obra en facsímil. Se trata de una obra genial, muy querida por mí, pues con ella pasé en la adolescencia muchos ratos de carcajadas y admiración, hasta el punto de que fue una de las dos obras que más me influyeron en mi vocación hacia la literatura.
Es posible que reconozcamos la obra y autoría y seamos capaces de situar el episodio dentro de la misma, pero si no lo reconocemos, debemos adscribir razonadamente el texto a una época, un género y un movimiento literario y organizar con estos mimbres nuestro comentario.
¿Cómo participar?
Como siempre, podemos participar escribiendo nuestra solución como un comentario en la página de Facebook de opolengua.com (no en la mía personal) hasta el domingo por la noche. La norma de participación es sencilla: no ayudarse de internet ya que el día D solo contaremos con nuestro bagaje cultural y literario. El lunes daremos la solución y la lista de acertantes.
Y nada más por hoy. Saludos y ánimo.
Yo, que vi quan honrada gente era la que hablaua mi Tio, confiesso que me puse colorado de suerte que no pude dissimular la verguença; echomelo de ver el corchete. Es el Padre el que padeció el otro día, a quien se dieron ciertos empuxones en el envés? Yo dixe que no era hombre que padecía como ellos, en esto, se levantó mi Tio y dixo: es mi sobrino, maesso en Alcalá, gran supuesto. Pidiéronme perdón y ofrecieronme toda caricia. Yo rabiaua ya por comer y por cobrar mi hazienda, y huyr de mi Tio. Pusieron las mesas, y por una soguilla en un sombrero, como suben la limosna los de la carcel, subían la comida de un bodegón, que estaua a las espaldas de la casa, en unos mendrugos de platos y retagillos de cántaros, y tinajas; nopodra nadie encarecer mi sentimiento, y afrenta. Sentaronse a comer en cabecera el demandador, y los demás sin orden; no quiero decir lo que comimos; sólo que eran todas cosas para beuer. Sorbiose el corchete tres de puro tinto. Viendome a mi elPorquero me las cogía al buelo y hazia más razones que deziamos todos, no auia memoria de agua, y menos voluntad de ella. Parecieron en la mesa cinco pasteles de a quatro, y tomando un hissopo, despues de auer quitado las ojaldres, dixeron un responso todos, con su requiem aeternam, por el anima del difunto cuyas eran aquellas carnes. Dixo mi Tio: ya os acordays, sobrino, lo que os escriui de vuestro padre, vinoseme a la memoria. Ellos comieron, pero yo passe con los suelos solos, y quedeme con la costumbre, y assi, siempre que como pasteles, les rezo una Ave Maria por el que Dios aya, menudeose sobre dos jarros, y era de fuerte lo que beuieron el corchete y el de las animas, que se pusieron las suyas tales, que trayendo vn plato de salchichas que parecían de dedos de negro, dixo vno que para que trayan pebetes guisados. Ya mi Tio estaua tal, que alargando la mano y asiendo vna, dixo (con la voz algo aspera y ronca, el un ojo medio acostado y el otro nadando en mosto) Sobrino, por este pan de Dios, que crio a su imagen y semejança, que no he comido en mi vida mejor carne tinta: Yo que vi al corchete que, alargando la mano, tomo el salero y dixo: caliente esta este caldo; y que el porquero se llenó el puño de sal, diziendo: bueno es el avisillo para beuer, y se lo echó todo en la boca, comencé a reyrme por una parte, y rabiar por otra.