Una de las últimas entradas del blog trataba sobre la importancia de los repasos. En concreto se titulaba El repaso es la clave del éxito en las oposiciones de Lengua, lo cual es una verdad incuestionable, por las razones que en ese artículo se aducían. Hoy vamos a profundizar algo más en este tema. De hecho, lo hacemos de manera recurrente porque es un decisivo de la preparación. Y hoy lo vamos a hacer para contestar dudas que algunos opositores nos han realizado últimamente.
Repasar los temas de Lengua es imprescindible
Todos comprendemos que repasar es, más que importante, imprescindible, decisivo. En un principio es imposible retener en la memoria ninguna idea, ningún dato, ningún proceso nuevo si nuestro cerebro no los recuerda, aunque sea brevemente, cada cierto tiempo. Tomemos un número de teléfono que hemos aprendido un día. Lo recordaremos si recuperamos ese número cada cierto tiempo. Al final del proceso, tras un cierto número de evocaciones correctas o si el recuerdo se asocia con cuestiones de índole afectivo, ese conocimiento, ese dato, ese número o ese proceso, será recordado para siempre. Sí, esto es así y nuestra existencia como seres humanos lo confirma. Basta con aplicarlo a diferentes acontecimientos vitales (saberse teléfonos, fechas de cumpleaños, los colores de los semáforos, los rezos, los himnos, montar en bicicleta…) Entonces, ¿por qué nos cuesta repasar los temas de las oposiciones de Lengua?
¿Por qué nos cuesta repasar los temas de las oposiciones de Lengua?
Hay varias razones que explican esta dificultad. La primera, obviamente, es el carácter abstracto, mental y complejo de lo que debemos memorizar. Es más fácil memorizar un número de teléfono de nueve cifras o los colores de los semáforos que las características de la poesía culterana. El proceso de memorizar el temario de Lengua es un proceso mental superior, pues consiste en introducir de forma organizada en nuestro cerebro ideas inicialmente ajenas a él y hacer que perduren en nuestra memoria.
La pereza es enemiga del repaso del temario de Lengua
La segunda razón por la que nos cuesta repasar es la pereza. Es muy común que los opositores al enfrentarse al repaso sientan pereza y retrasen ese momento una y otra vez, no encontrando el tiempo adecuado para afrontarlo. Parece que otras tareas son más importantes y que repasar es perder tiempo para estudiar temas. Esto es un gravísimo error, porque es justo al contrario. Es repasando como se consiguen las plazas. Obtener una alta calificación pasa por saberse bien los temas. Y es imposible saberse bien muchos temas y tenerlos frescos sin un buen método de repaso. Por tanto, ante la pereza hemos de oponer nuestra conciencia de la necesidad del repaso.
El miedo es enemigo del repaso del temario de Lengua
Pero quizá sea el miedo el mayor enemigo del repaso. ¿Y si no me sé bien el tema? Esta inseguridad nos genera tensión. Y este miedo se alimenta del propio repaso. ¿Cómo? Es imposible repasar un tema cada cierto tiempo y no captar, inmediatamente, que algunas ideas ya no las recordamos. Esto hay que asumirlo desde el principio. Si las recordásemos…, ¡seriamos Dios! No hay ser humano que no olvide. Hay que asumirlo. Y luego, poner medios para evitarlo.
¿Cómo debe ser el repaso del temario de Lengua?
Lo primero que debe ser el repaso. Frecuente, rápido y divertido. Esta es la triada ideal. Frecuente, pues cuanto menos tiempo pase entre un repaso y otro, más fácilmente refrescaremos y recuperaremos los datos de nuestra memoria. Rápido para evitar la pereza. Es más importante la rapidez que la perfección. ¿Por qué? Pues porque la rapidez va a permitir que hagamos muchos más repasos y esa mayor frecuencia permitirá al final que dominemos los temas mucho mejor. Divertido para evitar el miedo. El repaso debe ser divertido para convertir la inseguridad en disfrute, de forma que deseemos volver a repasar de nuevo.
Y, sobre todo, el repaso del temario de Lengua debe ser eficaz
Este es el aspecto crucial. De nada nos sirve que el repaso sea divertido si luego no nos sabemos los temas de pe a pa. Cuando repasamos van a aparecer sí o sí huecos de ideas o datos en nuestra memoria. Algunas ideas se han quedado borrosas y hay que recuperarlas; otras, directamente se han perdido. Y hay que recuperarlas cuanto antes. Eso quiere decir que debemos garantizarnos mecanismos que nos permitan saber exactamente cuántos fallos cometemos y dónde, de forma que podamos reforzar esas áreas con rapidez y seguridad y el hueco de error sea rellenado de nuevo con los datos o ideas correctos. Eso es un repaso eficaz.
El temario debe estar diseñado pensando en los repasos
Esta es otra cuestión clave. Ya que hemos llegado a la conclusión de que el repaso debe ser frecuente, divertido, rápido y, sobre todo, eficaz. Dado que vamos a dedicar muchísimo tiempo a repasar cada tema (mucho más que a estudiarlo), el temario debe estar pensado para el repaso desde su propia concepción. Y eso quiere decir que tiene que estar organizado de forma jerárquica, con claridad y rigor, de forma que su estructura facilite su memorización. Recordamos una cosa mucho mejor cuando está clasificada que cuando no lo está.Y es que el ser humano es clasificador por naturaleza.
¿Cómo es el temario de Opolengua?
El temario de Lengua de Opolengua fue diseñado desde su inicio pensando en los repasos. Su estructura inicial fueron mis esquemas de estudio y estos eran jerárquicos y muy funcionales. Por eso es tan breve. Solo más tarde lo redacté y lo hice en 1998 como una nueva estrategia de repaso.
¿Cómo organizamos los repasos en Opolengua?
Mis repasos eran frecuentes, rápidos y divertidos. Los hacía (y los hacen quienes siguen nuestro método) una vez a la semana. Y no deben durar más allá de quince o veinte minutos por tema. Y para que fueran divertidos los enfocaba como una prueba deportiva en la que yo me enfrentaba a mis marcas de la semana anterior con el reto de superarlas.
La Hoja de Control es la garantía de la eficacia
Y nuestros repasos son eficaces porque el temario está completamente organizado de forma que cuantificamos nuestros fallos y el tiempo que invertimos de forma absolutamente objetiva. Y eso es lo que nos permite acudir al hueco de memoria y volverlo a rellenar. Yo mismo me supe desde 1994 hasta 1998 los 86 temas que entonces contenía el temario. Y me los sabía de principio a fin, de cabo a rabo y los podía decir como un papagayo. Las notas que obtenía y que puedes ver en mi currículo lo demuestran. Luego, contamos con la HC (Hoja de Control), que es una herramienta informática que nos permite controlar nuestros fallos y nuestros avances en el estudio y las otras facetas de la oposición.
La personalización del método es también posible
Nuestro método de estudio y repaso es una guía para la acción. Nosotros ponemos a disposición de los opositores nuestro método personal, el mismo con el que sacamos brillantes calificaciones durante siete procesos de oposiciones. El mismo que nos permitió ser número uno del tribunal. El mismo que ha permitido a muchísimas personas alcanzar sus metas. Pero no hay por qué seguirlo a rajatabla, sino que es adaptable a cada persona y nosotros ayudamos a los opositores a que lo hagan.
Y ahora, veamos uno de los correos que nos han enviado los opositores sobre sus repasos y nuestras respuestas.
Las dudas sobre los repasos de L
Otra cosa que te quería comentar hace tiempo (perdona el turrón). Es que creo que estoy entendiendo en qué consiste tu repaso porque tengo un problema, no tanto de tiempo (estoy repasando en una media de 22, 23 minutos por tema), como de desgaste. Y creo que tu repaso, además de buscar la rapidez busca eso otro, evitar el desgaste: no me acuerdo de algo, lo miro (lo refresco) y sigo. Y ya a la segunda seguro que me acuerdo. Y si no, la semana que viene, que quedan cincuenta más el mes de solo repasar.
Es decir, coger un poco de distancia con la excelencia de los temas (con sostenerla).
Yo acabo los jueves (mi día de repaso) muy reventado y desmoralizado. No porque no me los sepa, sino por el enorme esfuerzo que supone repasar.
Voy intentar poner en práctica otra vez tu sistema, con este tema que estoy terminando, el 38. Creo que la clave es lo que me dijiste una vez, al principio, cuando hablábamos de esto: no importa el fallo, lo que importa es el tiempo y no desgastarse.
Gracias
Mi respuesta
Hola, L: Efectivamente, creo que has dado con la situación psicológica a la que yo me enfrenté. Ten en cuenta que yo estuve repasando seis años, desde 1993 hasta 1998. Y seis años con al menos cuarenta y cinco semanas de repasos anuales son muchos días y muchas horas de repasos… Y además cada vez que había oposición, en los meses de junio (tal y como recomiendo a los opositores), solo me dedicaba al repaso: repasaba y repasaba en solo dos días el temario entero. Eso lo piensas fríamente y es una barbaridad. Y la clave, como tú bien estás viendo, para mí consistió en tener calma y ser consciente en qué momento de la oposición estaba (dándome cuenta de que quedaban muchos meses y al contrario de lo que se suele pensar, no iría perdiendo cada vez más ideas, sino al revés, memorizando más) y en darle al repaso un espíritu lúdico y deportivo, compitiendo con mi marca de la semana anterior. Esas son las claves que luego determinarían que el temario tuviera la estructura que tiene. El temario solo lo redacté en 1998. Hasta ese momento estudiaba con notas y con esquemas, pero no con temas redactados. Pero me sabía tan bien los temas que repetía casi las mismas palabras en cada repaso y por eso redactarlo fue luego para mí un proceso muy sencillo y rápido.
Creo que esta lección te acerca a la plaza muchísimo, pues aunque no la saques en 2025, podrás mantener tu nivel con relativa facilidad en los años de barbecho y eso es la garantía absoluta del éxito.
Me alegro mucho de leer lo que has escrito.
Saludos y ánimo.