Tras nuestra entrada sobre la ayuda gratuita y sobre las academias, finalizamos nuestra serie de orientación para las personas que se inician en el mundo de las oposiciones con una entrada sobre los preparadores, que no son dioses ni personas extraordinarias sino personas individuales con rasgos individuales que pueden ayudar a otras en según que circunstancias. Así pues la pregunta que trataremos es:
¿Los preparadores de oposiciones son la solución?
Y como dijimos de los amigos y de las academias…, pues depende. Depende de cómo sea el preparador. Porque al final, lo que hay detrás de todo, sea un amigo, una academia o un preparador independiente, es una persona:si esa persona es buena, ya sea el amigo, la academia o el preparador, nuestra preparación será buena y si esa persona no es la indicada, nuestra preparación será mala o peor.
Además el preparador independiente, de academia o el amigo tendrá unas capacidades y un carácter. No existe el preparador perfecto como no existe nada perfecto. El modelo de preparación que ofrezca una persona puede irle bien a otra y a otra no también.
En todo caso, un preparador personal no está avalado por el prestigio de una academia y por ello, si lleva muchos años en esta tarea y siempre ha tenido alumnos, es una señal bastante positiva que nos puede indicar que hace bien su trabajo. Ojo, no tiene por qué ser así, pues quizá es el único de su zona que se dedica a la preparación o cobra muy barato o… mil circunstancias que pueden concurrir… Pero lo normal es que un preparador independiente que ha mantenido su actividad durante años nos ofrece una cierta garantía al menos de seriedad, porque si no fuera así, no seguiría teniendo clientes. Esto lo sabe el propio preparador, por lo que es consciente de que si su preparación no es buena, se quedará sin clientes. Todo depende en el fondo de su trabajo por lo que puede estar más atento
¿Qué virtudes debemos buscar en nuestros ayudantes para las oposiciones?
Fijémonos, por tanto, en que no he puesto preparadores, pues como ya he dicho antes la buena preparación puede venir de un amigo, de un profesor de academia o de un preparador. Hablamos de personas y de rasgos que esas personas deben manifestar: Yo señalaría una cuantas, sin afán de ser exhaustivo:
- Lo primero, ¿cuántas de nuestras necesidades como opositores puede realmente esta persona cubrir? Recordad ante todo señalar cuáles son nuestras necesidades. No es lo mismo comenzar con las oposiciones y estar en el inicio de la singladura y necesitar una ayuda general que llevar varios años ya en este mundo y saber cuál es nuestro elemento a mejorar.
- Analicemos la experiencia del preparador, del amigo o del profesor de academia (tanto monta, monta tanto). Pongamos su nombre en Google y a ver qué sale. Preguntémosle directamente a él. ¿Qué experiencias tuvo como opositor? ¿En qué años aprobó y cómo fueron esas oposiciones? ¿Cuánto obtuvo la plaza? Digo esto porque ha habido años (1990-1993 y 2008 y 2010) en los que el aprobado era más sencillo gracias a que no había prueba práctica y había muchísimas plazas. ¿Qué experiencia tiene como profesor? ¿En qué centro está destinado? ¿Tenemos muestras de su trabajo en el instituto accesibles en internet? ¿Tiene un blog? Busquémoslas.
- Informémonos sobre su método de trabajo. Preguntémosle a él cuáles de nuestras necesidades se compromete a cubrir. ¿Conocemos a alguien a quien haya preparado? Hablemos con él. Cotejemos varias opiniones si es posible, pues si nuestro único informante es una persona tóxica (que entre los opositores también las hay) puede lanzar pestes sin razón.
- La cercanía en el trato y la empatía. ¿Vamos a tener contacto con ella a lo largo de la semana o solo durante las clases? ¿Es capaz de ponerse en nuestro lugar? ¿Es capaz de escucharnos, animarnos y orientarnos humanamente? ¿Podemos charlar tranquilamente con él antes de elegir su preparación?
- Pídámosle que nos escriba. ¿Cómo es su ortografía y expresión escrita? ¿Podemos asistir a alguna clase o ver muestras de su trabajo como preparador?
¿De qué señales debemos desconfiar en un preparador de oposiciones?
Yo señalaría aquí varios elementos que deben hacernos desconfiar de cualquier persona que se anuncie como preparador. Yo señalaría cuatro:
a) Las personas que se ocultan tras un correo electrónico opaco o tras una identidad en la que no aparece ni su nombre real siquiera.
b) Las que simplemente se dedican a vender materiales (que muchas veces no son suyos sino copias y pegas de otros).
c) Las personas cuya ortografía y expresión no es exquisita.
d) Las personas que son reacias a darnos su número de teléfono y hablar con nosotros.
Estas personas habitualmente cobran poco dinero, por supuesto; pero no hacen nada por ganarlo. Pagarles es entregar dinero por algo que se puede conseguir gratis a alguien que además no va a cotizar a Hacienda, sino que desarrolla su tarea de forma totalmente ilegal a espaldas de la inspección educativa y fiscal.
En fin, espero haberos dado algunas pistas para que elijáis de la forma más adecuada a vuestros intereses la ayuda, siempre bienvenida, que necesitéis.
Y como siempre, saludos y ánimo.